lunes, 5 de enero de 2009

Quiero ser como GÉRVASIO SÁNCHEZ


"Yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte". Gervasio Sánchez
Estas palabras tienen un valor que sólo poseen aquéllas que brotan de la sensibilidad de personas excepcionales como, en este caso, lo es Gervasio Sánchez. A su extraordinaria sensibilidad se unen valores como la generosidad sin límite, el compromiso que no espera nada a cambio, y algo que a mí me produce gran admiración en contextos en los que la muerte, la enfermedad, el hambre y la miseria no parecen dar lugar a la existencia de un hueco a la esperanza: ésta, la esperanza. Él la tiene y la mantiene. Este ánimo esperanzador y su valentía para denunciar lo que a continuación relato , le hacen merecedor de mi admiración y eterno agradecimiento.
Hace tan sólo unos meses recibió el premio "Ortega y Gasset" de fotografía, convocado por el diario "El País". En el acto de entrega se hallaban presentes la Vicepresidenta de Gobierno, el alcalde de Madrid, varios ministros y Esperanza Aguirre entre otras "personalidades". Ante ellos leyó su breve, claro y contundente discurso en el que sin cortapisas ni sutiles insinuaciones, sino de frente y sin dar lugar a dudas, denunció la colaboración de TODOS los gobiernos españoles de nuestra etapa democrática en los conflictos bélicos internos de algunos países y las guerras abiertas en otros, contribuyendo a mantenerlos mediante el mercadeo de armamento. Expuso suculentos datos, como que la venta de armas en España, con ese destino, se había duplicado durante la legislatura anterior, mientras nuestro Presidente se pronunciaba contra la guerra. Añadió que actualmente se fabrican en nuestro país cuatro tipos distintos de "bombas de racimo", cuyos efectos nada tienen que envidiar a las minas antipersonales. Y denunció la falta de colaboración por parte de nuestros sucesivos gobiernos, incluido el actual, en la labor de recuperar los territorios minados. Yo quiero ser como él... ¡Para descubrirse, Gervasio!.
Y ahora viene la otra cara. En la sala de entrega estaban representantes de los múltiples medios de comunicación que no debieron oír o escuchar el contenido de su discurso a juzgar por la ausencia de eco en las páginas de prensa en general o en las emisoras de radio y TV. Yo no tengo energía para poder combatir la impotencia que esto me produce. Seguramente Gervasio sí. Por eso quiero ser Gervasio. Para disponer al menos del ánimo y la esperanza que le acompañan. Ya que de no ser así ¿cómo poder continuar la lucha....? No tengo tal capacidad de autoengaño como para creer que un día todos los que queremos que las cosas cambien seamos también Gervasios.
Muchos Gervasios...Tantos que de un soplo podamos acabar con la prepotencia, la hipocresía, el abuso de poder, la indiferencia frente a las distintas lacras que pueblan nuestra global aldea. Ante mi escepticismo gracias otra vez, Gervasio Sánchez, por tu fe.
(P.D. esto se lo debo a "belijerez", Beli para los amigos. Ella me puso en conocimiento de la existencia de esta excepcional persona y su extraordinario discurso. Muchas gracias ,Beli)
Karen Dinesen

4 comentarios:

Karen Dinesen dijo...

Yo también quiero ser Gervasio.
(Soy tu madre, pero me gusta lo de Karen Dinesen)

Karen Dinesen dijo...

Y yo. Yo Gervasio también.
(Soy tu tío. Me dice tu madre que firme como Karen Dinesen (?). Cada vez está peor...)

Karen Dinesen dijo...

Gracias madre. Gracias a ti también querido tío.Ten paciencia con mamá.Ya sabes lo caprichosa que es. Pero tampoco se trata de que le consientas todo...no tendrías que haberle hecho caso en lo de Karen Dinesen.Besitos.

Karen Dinesen dijo...

¿Encontraré algún día al "anónimo"? Seguro que también querría ser Gervasio...