martes, 7 de abril de 2009

NEUROTRANSMISORES ALTERADOS

Noches en vela engañando al insomnio.
Compartiendo mi almohada tu presencia.
Nutriéndose de angustia mis demonios.
Albergando a tu abrigo mi impaciencia.
Intentando encubrir mi soliloquio.
Suplicando en un “s.o.s.” tu permanencia.
Ignorada por ti, roto mi ensueño,
el hielo, de mi entraña se hace dueño.
(Karen Dinesen)
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Y es entonces, cuando los sueños se esfuman y el desvelo permanece, cuando ella pone en pie su racionalidad y trata de mantenerla firme. Le da un repaso e intenta ponerla en su sitio. Nadie va a extirpar su voluntad. Él no es merecedor de su atención. Ni un minuto le robará su pensamiento. Ella dispone de abundantes recursos que ocuparán su mente. Y su tiempo no dará lugar al descanso. Siempre fue buena planificando y organizándose. Tiene una dimensión pragmática, de gran ayuda en estos casos. Y una voluntad férrea.

El trabajo le exige concentrar cuerpo y alma. Es una suerte. Se trata sólo de ver como llenar las horas libres, desplazando la imagen que de él parece estar incrustada en alguna parte de sus células. Lee, escribe, acude a conciertos, se concentra en la música de su mp3 mientras pasea, contempla las nubes y se entretiene buscando coreografías para ellas, corre, acude a la piscina y nada, nada, y…¡nada! ¡No se va!. Lo nota al llegar la noche…

Se acuesta agotada y en la convicción de dormirse inevitablemente. Pero no se resuelve bajando los párpados. No consigue conciliar el sueño. Da vueltas y vueltas. En uno de sus giros…¡Allí está otra vez! ¡Compartiendo almohada de nuevo! Los días se suceden sumando agotamiento al cebarse el insomnio en el cansancio acumulado. Llegado un límite acude al médico. Necesita dormir. Sólo es eso.

Así se lo traslada al galeno a la espera de que pueda resolvérselo con unas vitaminas. ¡Y hete aquí que le diagnostica un cuadro ansioso-depresivo!... ¡Que dice que todo lo que le pasa es porque tiene los neurotransmisores alterados!!...Y que eso se arregla con una simple píldora…

”Píldoras para no soñar”, que diría Sabina…
Pues las hay…¡Qué tristeza! Necesitará otras para eliminarla. Me refiero a la tristeza, porque supongo que tiene que sobrevenir si te anulan la posibilidad de soñar, ¿no?...

(Karen Dinesen)


8 comentarios:

miner dijo...

Al insomnio como a la muerte no se los puede engañar.
Hay que romper el hielo y como. ¡Ay! si lo supiéramos.
En este caso parece que con píldoras para los neurotransmisores, vaya palabreja me suena a mecánica, cuando ye un problema del alma, y para ello nos quitan hasta los sueños.
Como siempre da gusto leerte.
Un saludín

Karen Diinesen dijo...

Gracies Miner. También, como siempre...

miner dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
miner dijo...

El insomnio como no se lo puede engañar lo mejor ye aliarse con él.
¿Cómo? Pues ahora el que no me quiero dormir soy yo ¡Hala!
Y aveces resulta.
Lo mio no ye la seriedad sino la coña marinera.
Un saludin

P.D. El del comentario suprimido soy yo.

Luis Simón Albalá Álvarez dijo...

Extraordinario nuevamente

Karen Dinesen dijo...

Gracias, Luis Simón.Gracias también por la visita.

belijerez dijo...

Karen;¿Me copiaste mi carta? Quizás es simplemente la historia que se repite.
Miner a veces el humor es proporcional al sentido del dolor.
Dicen que el alma, ahora, está en el cerebro. Incluso que los neurotransmisores son responsable de nuestra generosidad o no, de lo altruista que seamos o no.
Mi sueños se disparan, y mi insomnio también.

Karen Dinesen dijo...

Bely. Me alegro de verte por aquí.Aunque si tu ausencia se debió a que dedicaste tu tiempo a mejores menesteres, me alegro más.
Y en cuanto al insomnio, elige¨: pastillita o sueños...No hagas caso. Cierto que alguas pastillitas rebajan el nivel de emotividad y esto puede a su vez incidir en la capacidad de ensoñación.Puede ser la pescadilla que se muerde la cola. Pero esta reflexión la dejo para otra entrada.Salud.