martes, 19 de mayo de 2009

APATÍA

Estoy aparentemente tranquila. Hace un rato, antes de ponerme a escribir, me encontraba reclinada en el sillón sin mover ni un dedo. Ningún miembro de mi cuerpo, ningún elemento de mi rostro muestran signos de intranquilidad. No siento ni un poquito de desasosiego que sería, en cierta medida, una señal de inquietud y, por ende, de vitalidad, de vida…

Porque, qué es la vida sin inquietudes, sin mariposas aleteando en la espera, sin indecisiones que agoten tu necesidad de dar respuesta, sin alertas frente a la calma, sin cautelas frente al envoltorio engalanado de la nada, sin fe en la esperanza de transformación de los males en bienes, sin expectativas en definitiva.

Queda en el disfrute del presente, del instante...Algo que defiendo con convicción probablemente por necesidad de supervivencia. Gozar del momento. Y los hay para gozarlos. Pero no llueven como el maná. También el instante gozoso necesita de inquietudes que vayan en su busca. Y no siempre es fácil. Se camufla bajo la desidia, la apatía, la indolencia…

Y entonces el tiempo que me envuelve me niega vivir el momento felizmente. Y no lo encuentro aunque busque y rebusque entre la música que ocupa los estantes…o entre los libros sin leer que se apilan en la mesilla de noche al lado de la cama…y el escaso trozo de cielo que me ofrece la ventana podría confundirse con hormigón plastificado…y los efluvios de mi apatía debieron llegar hasta los pájaros que se albergan en los árboles escasos que alcanzo a ver, porque ellos también están enmudecidos.

Y es inevitable que me reproche mi incapacidad para el disfrute del presente que deja de serlo mientras lo pronuncio…y lo dejo escapar….porque para poder acapararlo y estrujarlo entre palabras, trinos, colores o los Conciertos de Brandenburgo, necesito la inmediatez de una expectativa. Una ilusión pequeñita, leve, breve, efímera… pero que esté esperándome mañana.

(Karen Dinesen)

5 comentarios:

belijerez dijo...

Cada día nos espera la vida, aunque sea la sola respiración. Con ella viene el cariño, la paz, la alegría, incluso la tiniebla, en ella se encuentra la luz.
Es cuestión de esperar en el deseo.

miner dijo...

“Mientras hablamos,
habrá huido celosa la edad:
goza a bocados del momento,
confía lo menos posible
en el mañana”
Después de leer tú entrada estaba echando un vistazo al blog PHARMACOSERIAS, y encontré esta frase, bueno a lo mejor sirve.
Por cierto este blog es del hermano de José Comas el de crónicas de linfoma, interesante

Karen Dinesen dijo...

Seguro que tienes razón,Bely.Pero la espera supone la existencia de un mañana...o un más tarde al menos...


Miner,no deberíamos permitir que el mañana nos deje escapar la posibilidad de gozar el presente si éste es tan generoso que nos la ofrece. Pero es necesario confiar en el mañana cuando echas un vistazo al presente y le haces un examen a fondo...

Abrazos para los dos.

Alipio dijo...

Hola Karen

Te ha dado fuerte lo de la apatía, que ya llevas unos dias sin deleitarnos con tus poesías o tu prosa.
Animo mujer y a escribir, que algunos visitamos tu blog a diario esperando encontrar algo nuevo.

Saludos
Alipio

Karen Dinesen dijo...

Gracias por el ánimo Alipio.La apatía a veces se instala un tiempo.O camufla la sequía creativa...
Saludos.