lunes, 6 de julio de 2009

LA DE LOS CINCUENTA Y SEIS


Sí. La foto de los 56...porque "Yo también nací en el cincuenta y tres".


Las fotos de cumpleaños de mi infancia plasmaban el momento cumbre, con tarta y velas, por la voluntad de mi abuela. Años más tarde fui yo quién decidió inmortalizar el momento. Sin tarta y sin velitas. A cambio, se incorporan a la celebración los signos que dan indicios de que una lleva encima un año más. Inicialmente, con discreción y prudencia. En la medida en que los años se van sumando, se ve que el hecho de saberse cada vez más, les hace sentirse más seguros y se manifiestan con contundencia, haciéndose más visibles y arrogantes.

Y van asomando así, la nariz primero, la patita después y, por fin, se dejan ver al completo sin pudor alguno, las canas en el cabello y las arrugas en la piel…

No siempre se aprecian a primera vista pero ahí están. La huella de la pata del gallo en la explanada a la que se abre el rabillo del ojo. Y la del arañazo del felino en collares en el cuello…en el borde de los labios, formando leves surcos que ascienden en el labio superior y se profundizan día a día de puntillas para no hacer demasiado ruido.


Hasta que un día el espejo te llama la atención y caes en la cuenta porque la luz que entra por la ventana, iluminando la parte izquierda del rostro, hace que veas tu cara en dos mitades claramente diferenciadas. Y en una de ellas ves la edad que se anuncia y te delata.

Entonces echas mano de las fotografías de cumpleaños. Coges la de los treinta y ocho y comparas con la última, hecha la pasada semana. Han pasado 18 años. Los que se necesitan para pasar de ser una niña a una adolescente avanzada, camino de la adultez.

El mismo proceso podría aplicarse en esta observación contrastada. Continúas contemplando el paso del tiempo a través de las fotos que reflejan ese periodo. En los cuarenta, canas y arrugas inician una carrera que, a juzgar por el ritmo, parece ser de fondo. Pero a partir de los cincuenta ya da la impresión de que se juegan los cien metros. Y entonces aparece esculpido en el cuerpo el cúmulo de vivencias, de consumo incontrolado de entusiasmo, de frustraciones. Lo resumimos echándole la culpa a las cifras: “Es que cuando se echan encima los cincuenta…”

Y lo cierto es que las cifras son inofensivas. Son ellas las que no siempre son bien recibidas y tratadas como se merecen:

Tienen que andarse con tiento
las cifras en su andadura.
Pues ganan o pierden tiempo,
pierden o ganan textura,
llaman, se adentran, irrumpen,
se marchitan, cobran vida…
dependiendo en gran medida,
del envoltorio que ocupen.

Imaginad el número siete y pensad en los enanitos de Blancanieves.¿Es igual fortuna caer sobre el Mudito o sobre el Sabio?...

¿Y el tres de los tres cerditos?
¿Es lo mismo estar seguro,
caliente y a buen recaudo
en casa del albañil,
que si le cae el infeliz
que de paja hizo el resguardo?...

Yo creo que a los números que acompañan a los años que cumplimos y marcan nuestro tiempo, nuestra edad, debemos agradecerles su llegada y tratarlos lo mejor posible. Hacer que se sientan bien alojados en nuestras entretelas. Tal vez así los que se van, les transmitan lo agradable de su estancia a los que llegan. Y los recién llegados se integran en nosotros sin cautelas, con la confianza necesaria para disfrutar un año en nuestra compañía y dar paso sosegado a los siguientes…

Echaré en falta los cincuenta y cinco.
Doce meses juntos haciendo vida,
viviendo con empeño, con ahínco,
nunca son en vano. Feliz partida.
Elevo mi copa y por ellos brindo.
A los cincuenta y seis, la bienvenida.



(Karen Dinesen)





15 comentarios:

Alipio dijo...

Enhorabuena por esos 56 tan bien llevados.

Ya nos vamos acercando a la tercera juventud, espero que con más ilusión y ganas de vivir.

Como curiosidad, te diré que 56 es un número oblongo.

Saludos

Karen Dinesen dijo...

Eso quiero querer, Alipio:más ilusión y más ganas de vivir.
Gracias por venir y hablarme.
Un abrazo

belijerez dijo...

...Que se sientas bien alojados en nuestras entretelas...Esta es la cuestión, amiga Karen, que ellos los números de años que cumplimos se sientan agusto con nosotros, igual que nosotros nos sentimos agradecidas de haberlos vivido y disfrutado. A veces hemos tenido conflictos, frustraciones, sinsabores pero todo eso nos da sabiduría, aporta enseñanza y madurez que nos hace sentirnos feliz con ello.

La dosis de ganas de vivir, sólo la adecuada,la necesaria para el día a día sino nos desbordarmos, amiga.

belijerez dijo...

Además; estas guapísima, rebosante de alegría.

Karen Dinesen dijo...

Gracias por tus palabras, Bely.
De todos modos las sobredosis de ganas de vivir, si nos desbordasen, siempre podríamos almacenarlas y dosificarlas si es preciso ¿no?...
Un abrazo.

Umbriel dijo...

muy muchas felicidades, Danesa querida!. Se te ve lindisima y muy muy lúcida.

http://www.youtube.com/watch?v=XXNsFaG9Eyk&feature=fvst dijo...

Mi regalo. Umbriel

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=XXNsFaG9Eyk&feature=fvst


así mejor.

Karen Dinesen dijo...

Umbriel: no tienes ni idea de la satisfacción que me produjeron tu regalo (me encanta esa versión)y tus palabras.
Pero fue mucho mejor el regalo que me hiciste con tu presencia.
Gracias por venir, Umbriel.(Muchas)

miner dijo...

¡Felicidades! estas bien guapa.
Me gustó esta entrada, bueno como siempre, pero especialmente:
Yo creo que a los números que acompañan a los años que cumplimos y marcan nuestro tiempo, nuestra edad, debemos agradecerles su llegada y tratarlos lo mejor posible...

Yo también tengo pates de Gallu.. de Gijón. Y cuando me miro al espejo y de repente...Mary, Mary... Y Mary, que coño quieres. ¡¡Un pelo negro, encontré un pelo negro!! Vale y da gracias porque dentro de poco ni negro ni blanco.
Y la Nariz hay la Nariz la única parte de mi cuerpo, junto con las orejas que me sale pelo, y encima negro.
Me voy, lo dejo, marcho a beber para olvidar.

¡Ala, que cumplas muchos más!
Hoy en vez de un Saludín un besín.

Anónimo dijo...

jajajaajaj.........me parto con lo del pelo...¿negro?¿dónde?..enciende la vela......Mary, Mary....la vela.

Pero si eran 56 velas. Venga ahora sólo un deseo.
besitos. Bely.

Karen Dinesen dijo...

Gracies Miner. Gracies Bely.
Entre todos me habéis agasajado con la mejor fiesta de cumpleaños desde hace mucho tiempo.
¡Chin-chin! Salud

GPA dijo...

Con un poco de retraso ¿Feliz Cumpleaños!
Acabo de leer el blog, así que el otro día te reconocí antes de ver tu foto.

MARY dijo...

Ya puedes presumir de años.....un numero muy chulo....FELICIDADES Y QUE CUMPLAS UN MONTÓN MAS....BESINOSS

Karen Dinesen dijo...

Gracias, GPA.Intuitivo que eres!!Me reí un montón después, pensando en tu reacción inmediata y en la de cualquier paseante que la hubiera podido escuchar.¡Menos mal que nadie lo oyó: -Karen Dinesen-(jeje)

Y gracias a ti, Mary, por tus buenos deseos.¡Que se cumplan! (y tú que lo veas, que diría mi abuela y digo yo también)