sábado, 12 de septiembre de 2009

TRAS LA REJA

Este soneto fue creado gracias a una sencilla, bonita y sugerente fotografía y a la reflexión que la acompañaba , publicadas ayer en el blog SinLaVenia.



¿Qué puede esconderse tras esa reja
que sólo silencio su voz procura?
Un alma, tocada por la locura
de lacerante amor, no emite queja.

¿Puede ser quién se esconda tras la verja,
soportando silente la tortura
de estar ciega y carente de cordura?...
Apoyo mis manos, pego la oreja.

Un latido inquietante oír se deja.
Mi ojo parejo al de la cerradura
nada ve. Siento el latido en la ceja.

¡Es mi pecho el que late -qué tontura-
al ritmo del zumbido de una abeja!
Y tras la verja un soplo de frescura.

Karen Dinesen

12 comentarios:

belijerez dijo...

Ni enrejada te callas? Te salió bien el soneto.

Besos.

miner dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
miner dijo...

Con la venia y sin la venia. El comentario anterior suprimido es mio, que me arme un lío hombre, bueno mujer.
Pues nada que vi la foto de la reja y me parece sugerente, pero menos que tu soneto.
Un saludín

Karen Dinesen dijo...

Miner, tú siempre subiéndome les visites doblándome los comentarios.
Y gracies por velo así,rediez!
A Beli ya-y les dí.

miner dijo...

De nada, tu si que tienes un buen blog, ye un placer leete.

mary dijo...

pues digo lo mismo, da gusto dar un pasein por tu blog,pero con lo que mas me rió es con tus recuerdos de infancia parez que te estoy viendo,pon mas porfa......

Karen Dinesen dijo...

En honor de Mary, el próximo relato de infancia.No me amenazo más...

Karen Dinesen dijo...

Sobra el "me". quise decir que "no amenazo más..."

GPA dijo...

Siempre tengo que leer dos veces tus poemas: la primera para escuchar como suenan, la segunda para ver cómo lo dices.

Karen Dinesen dijo...

¡Eh, GPA!! Qué bien que nos saludas!! Son tan escasas tus voces que cuando aparecen sorprenden gratamente.

Además de oir y ver, si vuelves a leerlos podrás comprobar sensaciones tactiles. Yo no tengo mucho"tacto", la verdad. Pero ellos sí. Puedes sentirlos ásperos o suaves. Lo que ocurre que exige eso,además de una tercera lectura, cierta predisposición del lector (jeje).
Y ya puestos, pues hasta les sacas el gusto.Pueden gustarte o no. ¿o no, GPA?...
Disculpen el rollo que le suelto a GPA pero es que se apea tan pocas veces en esta estación...¡que hay que aprovechar!

Alipio dijo...

Despúes de unos dias ausente por motivos familiares, es un placer volver y ver que sigues con tus maravillosas poesías para deleite de los que te leemos.

Saludos

Karen Dinesen dijo...

¡Alipio...!! ¡Qué agradable sorpresa! Sé que andas de puntillas y a veces estás ahí y no te veo. Pero hacía tanto tiempo...!
Pensé que pasabas de largo. Compruebo que no es así y eso siempre es un estímulo.
Gracias por tu agradecido comentario.