sábado, 26 de diciembre de 2009

NIEVA...




Es su belleza fría y seductora.
Cae con ella el telón, y el escenario
se esfuma en un instante extraordinario.
Cegado el aire por los copos, llora.

Su llanto blanco tiñe y decolora.
Torna el azul del cielo en gris palmario.
También es gris el aire, y el rosario
de ocres en la vereda ya no aflora.

Sólo un velo, que apenas luz difunde,
deja ver lo inmediato en el camino.
Una piedra que asoma…Un pie se hunde…

Y puñados de nieve que en racimo
cubren las hojas con las que se funden
sobre el enramado. Trama de armiño.


Karen Dinesen

4 comentarios:

belijerez dijo...

Tu nieve resulta cálida.

Karen Dinesen dijo...

Gracias, Beli.
Tú comentario también lo es (cálido)

miner dijo...

Siempre habrá nieve altanera
que vista al monte de armiño
y agua humilde que trabaje
en la presa del molino.
Y siempre habrá un sol también
-un sol verdugo y amigo-
que trueque en llanto la nieve
y en nube el agua del río.
León Felipe

Karen Dinesen dijo...

¡Qué guapa, Miner!Gracies a ti y a León Felipe