miércoles, 6 de octubre de 2010

LA SERONDA...


Hacía tiempo que no tenía esta sensación de aplastamiento. Hasta el punto de que mientras escribo y tomo conciencia del estado siento que la angustia aumenta. Pensé que si escribía echaría fuera los gusanos que se retuercen en cada uno de los rincones de mis entrañas. Son impredecibles. Escurridizos. Cabroncetes. Me han sobrepasado en el descenso y la ventaja les hace fuertes. Cambian de lugar sin esperarlo. Están situados en los parietales y repentinamente, como si de saltimbanquis se tratase, se colocan en la boca del estómago presionando mientras se extienden por todo el pecho. De pronto se alojan cerca de la axila izquierda y concentran toda su fuerza en un pinchazo breve aunque penetrante. Saltan a los oídos y me aprisionan las cervicales dejándome rígido el cuello por unos instantes. Visión borrosa y leve mareo. El descenso discurre a lomos del desequilibrio. Y la ventaja de los desestabilizadores sigue en aumento. Pretendo darles alcance y sobrepasarles pero sólo consigo aumentar la inestabilidad. Las neuronas se quejan del trato al que las someto y se rebelan retroalimentando así el desánimo y la alteración.

Es otoño, pienso. Siempre me afecta la seronda… me digo mientras intento controlar la situación. Ayer tuve la cita acordada hace meses con mi “revisaneuras”. Me encontró más delgada. Eso me dijo. No tengo conciencia de haber adelgazado, le dije. Controla tu peso y me lo notificas, añade. Cumplí con las indicaciones. Un kilo menos desde que comencé el trabajo en Setiembre. Sigo cuidando mi alimentación como siempre. Siempre acuso el final de las vacaciones y el comienzo del trabajo…

Pero no siempre coincide el comienzo del trabajo con el despido de dos trabajadores. Esta vez, sí.

Y me informan de cómo la enfermedad se ceba con gente joven cercana a mi círculo de compañeros y amigos.

He acudido a algunas bodas en otros Setiembres. Pero en ninguna de ellas se murió la madrina durante la ceremonia mientras un cuarteto de cuerda interpretaba “La vida es bella”. Eso ocurre en las películas inglesas. Pero esta vez yo formaba parte del repertorio de extras que durante una hora permanecimos inmóviles sentados en nuestra silla sin saber bien qué hacíamos allí contemplando todo el proceso de asistencia médica inútil. Una escena tremenda de muerte en un escenario espléndido preparado al detalle para la vida. Quizás por ello a Esperanza (ése era el nombre de la madre del novio) no debió parecerle un momento inadecuado para irse al otro mundo. Sus mejores galas…su familia al completo…una tarde de sol espléndida a campo abierto…una deliciosa música…Ella fue la protagonista desplazando a los novios. Se tornó la boda en funeral. Yo aún no me he desprendido de la consternación.

El pasado lunes ya era Octubre. Mi “tío por excelencia” procede a ingresar en una Residencia para ancianos. Le recibe un equipo médico.

.-¿Piensa encontrarse bien aquí?- le preguntan…

A lo que responde con contundencia- No. ¿Cómo voy a encontrarme bien aquí?

- ¿Por qué no?- le interpela el médico.- Mi tío, mirándole a los ojos, le asaetea diciendo:- Porque soy amante de la libertad.

Y la luz disminuye en cantidad e intensidad. Y el cielo está gris. Y llueve humedeciendo el aire y haciendo caer la temperatura.

La verdad es que por lo demás estoy bien. Tengo abundantes motivos para ser agradecida con la vida. Y esta toma de conciencia me hace sentirme mal por no sentirme bien como debiera….Grrrrrrrrrrrrrrrr (son las neuronas que están hartitas de mis delirios…)

Karen Dinesen

6 comentarios:

Luis Simón Albalá Álvarez dijo...

Tienes motivos, pero adelante.
Por cierto, además de que leí en "La Voz de Asturias" la noticia de la muerte en la boda, tuve noticias de más detalles. El domingo siguiente coincidí tomando un café en Lugo de Llanera con un señor, que tiene allí una cafetería y que es pariente de la fallecida. Miguel Ángel Gómez, jubilado de Renfe.

mary dijo...

Karen, la verdad es que no sabemos lo que podemos aguantar hasta que no nos ponen a prueba, y a ti esta temporada te toca de todo.....a si que animo y que no sea peor, besossss ✿✿ que todo pasa

Alipio dijo...

Animo y adelante.

Y nada mejor que una fabada para "controlar" el peso y cargar las pilas.

Saludos

Karen Dinesen dijo...

Gracies por pasar por aquí.Y por los ánimos.
Abrazos.

miner dijo...

Complicado hacer un comentario.
Un saludín

belijerez dijo...

benditos delirios, chica!!! tus escritos me hacen despertar.

Besitos. Bely.