miércoles, 31 de marzo de 2010
MIÉRCOLES SANTO
martes, 30 de marzo de 2010
PASEO VESPERTINO
lunes, 29 de marzo de 2010
UNOS MINUTOS CON MI ABUELA
Procuraba evitar que yo sufriera las consecuencias de lo mediatizados que ellos estaban por sus vivencias. Pero, de la misma forma, siempre puso voluntad para que yo no ignorase mi historia más directa: La de mi familia. Cada uno ponía su granito. Mi tío me enseñaba la Internacional acompañando el rato de un discurso que pretendía explicar el por qué del contenido. Bareto con sus habituales improperios anticlericales motivados por algo que había leído escuchado. O simplemente oyéndome a mí relatar mis experiencias colegiales. Pero allí estaba mi abuela para hacerles callar si consideraba que sus excesos podrían dañar mis oídos y, lo que es peor, afectar a mi entraña.
Y ella explicaba el por qué de la necesidad de saber cuándo convenía hablar o no, sin renunciar nunca a nuestro pensamiento. Y tendríamos que luchar con inteligencia y no dejándose llevar por las pasiones… o por la ofuscación mental que le producía a Bareto el coñac que le acompañaba las tardes de los domingos en las partidas de dominó para, posteriormente, dirigirse risueño a pegarle la hebra irónicamente al teniente de la Guardia Civil a riesgo siempre de acabar en el “cuartón”. Así se denominaba entonces a lo que hoy diríamos “comisaría”. Ella, que era tremendamente apasionada, nos daba a todos ciento y vuelta en el control o reconducción de las pasiones. Sin embargo, su pasión estaba presente en todo cuanto hacía aunque la envolviese en paño. Desde ponernos al hilo, si era preciso, hasta preparar la masa para las galletas aprovechando las natas de la leche o confeccionándome en un abrir y cerrar de ojos un vestido para una función teatral. No obstante, tenía claro que para conservar las prioridades de aquello en lo que creía y defendía era necesario tragar algún sapo. Para que no se le atragantasen, cantaba. Mucho y a viva voz. Y con la copla se iba el veneno.
El objetivo prioritario de mi abuela eran mis estudios. Me decía con frecuencia que el estudio me daría una futura independencia personal. Y me lo explicaba con ejemplos de claridad meridiana. Que el ser primaba sobre el tener…Que el estudio podría proporcionarme un trabajo agradable…Y que nunca dejase de trabajar bajo ningún concepto. Añadía como remate que la independencia personal pasaba por la económica.
Y ella tenía muy claro que la Institución Libre de Enseñanza no tenía nada que ver con las Carmelitas de Vedruna. Pero también sabía que el terreno que pisaba era el del nacionalcatolicismo. Y no había posibilidad de pisar otro. Así que habría que intentar recorrerlo evitando, en la medida de lo posible, llenar los zapatos de mierda. Y lo hizo muy bien. Nunca renunció de su condición de viuda republicana, incluso habiéndose casado en segundas nupcias. Y se sentía tremendamente orgullosa de mi abuelo y de sus hijos. No obstante, eso no le impedía tener una relación cordial con la Hermana Benita, a la vez que se relacionaba abiertamente con todos los que, al igual que ella, habían sido represaliados y lo seguían siendo por su condición política.
Era una luchadora nata. Durante el tiempo que mi abuelo permaneció preso, llamó a puertas de todo tamaño y condición para lograr el indulto que nunca llegó. Luchó, ya viuda, para sacar a sus hijos adelante de la mejor forma posible en un contexto adverso. Luchó después por sus nietos.
Desarrolló a su manera su dimensión religiosa, provocada por sus inquietudes que nunca la abandonaron aunque era una crítica feroz con la Iglesia en su alianza con el franquismo. Siempre afrontó lo religioso con la misma naturalidad con la que preparaba los garbanzos del domingo. Cumplía con la misa dominical, a la que acudía sola o en mi compañía. Y, por supuesto, vivía todos los rituales de la Semana Santa en los que yo la acompañaba y disfrutaba a pesar del luto riguroso que reinaba en el ambiente. Desde la bendición de su laurel y mi palma, hasta la procesión del domingo de Resurrección.
Jamás Bareto pisó el espacio interior de un templo. Pero su anticlericalismo no estaba reñido con el respeto por esta actitud de mi abuela. Hasta el punto que no tenía inconveniente alguno en acompañarnos hasta el pórtico o ir a buscarnos a la salida de la ceremonia de turno. Por eso no resultaba raro verle subiendo la cuesta de la iglesia en compañía de mi abuela y de mí misma, camino de la procesión del Domingo de Ramos, dejarnos en la puerta y “volver pàl centro de rompedor” .Vendría después a nuestro encuentro al finalizar la misma. Ahora tocaba el vermú. Y a continuar luciendo mis lustrosos zapatos de charol…
Karen Dinesen
sábado, 27 de marzo de 2010
CON FLORES A PORFÍA...
jueves, 25 de marzo de 2010
MI BICICLETA
sábado, 20 de marzo de 2010
A LA ESPERA...
Me sentía yo identificada en esta aseveración. Los estudios, mi imaginación, mi familia (que la verdad sea dicha no daba tregua)y la melancolía que ocupaba los espacios que me quedaban , llenaban mi tiempo sin dar lugar a que el aburrimiento llegase ni al umbral de mi piel. Mucho menos al blindaje de mi entraña. En más de una ocasión me habría gustado poder aburrirme, tumbada en la cama con cara de hastío contemplando las moscas que seguro compartían espacio conmigo aunque el velo de mis ocupaciones me impidiera caer en la cuenta de su existencia.
En el Colegio el tiempo estaba milimetrado. Nos levantábamos a las ocho casi a toque de corneta. Las palmas de la Mère Asunción surtían el mismo efecto. Deprisa a la ducha, lavado rápido de boca, apenas un breve repaso al pelo con el secador que no permitía el secado completo, recoger el pelo en cola o trenzas, calzarse , procurando que los calcetines aguantasen estirados hasta el repaso de la Mère, y por último, ponerse encima el mandilón , hacer la cama y dejarlo todo en orden antes de que el silbato sonase para hacer la fila a las 8:30 h.; después de dejar recogida en un extremo la cortina de la celda (así llamábamos a nuestro habitáculo) para que pudiera la Madre darle el repaso a las habitaciones en aquel amplio espacio del dormitorio, recorriendo ella el pasillo central mientras miraba a un lado y a otro buscando algo que diera lugar a la llamada de atención de turno si alguien se había olvidado de guardar en el armario las zapatillas o el neceser.
Desde ésa, la última planta del edificio, hasta el comedor situado en un semisótano abierto a un patio interior con amplios ventanales, bajábamos en fila y absoluto silencio por una ancha escalera de madera con barandilla de metal dorado y brillante en uno de sus lados, dejando en la bajada los pasillos que conducían a las aulas, a la capilla, a la sala de estudio o a los despachos de la Superiora y de la Jefa de estudios o los adjudicados a la Administración o a la Secretaría. Y, ya a la altura de la calle, el hall de la entrada desde el que se accedía también al patio.
Siempre fue el desayuno para mí el mejor momento del día en cuanto a comidas se refiere y lo disfrutaba a tope. Café, acompañado de un bollo de pan recién salido del horno en el que untaba mantequilla y mermelada casera. Mère Teresita y Felisa, que se ocupaban de la cocina, cocinaban como los ángeles. Hacían una tarta de manzana que nunca comí otra que la igualase.
Del comedor a la sala de estudio. Un amplio espacio al que llamábamos “El Pilar”, para abreviar, ya que éste era el nombre que figuraba en una placa situada en la parte superior del marco de la puerta. Allí las aulas también tenían nombre. Iban llegando las alumnas externas de 5º, 6º y PREU a aquel lugar común en el que se cambiaba el abrigo por el mandilón en la percha que tuvieran asignada. E internas y externas íbamos tomando asiento en el pupitre que se nos había adjudicado al comienzo del curso. En aquel lugar no se impartían clases. Era el sitio de reunión a la mañana para realizar la oración, coger los bártulos que necesitaríamos a lo largo de la jornada y repartirnos por las aulas de Literatura, de Historia, de Idioma (francés por supuesto) , de Matemáticas o Latín …era lugar de visita a la hora del recreo para cambiar los libros por las galletas y de nuevo al final de la jornada para rezar de nuevo, cambiarse las externas para ir a casa y acomodarnos las internas y mediopensionistas para un estudio que sucedía a un breve espacio de tiempo de relax en el patio, y precedía a la hora de la comida….Era éste un momento emocionante….
Mientras íbamos tomando asiento, llegaba la Mère con un fardo de cartas que constituían el correo del día. Se sentaba en su silla entronizada junto a la mesa en la cima de una tarima con tres peldaños, para desde esa altura poder otear bien todo el espacio a sus pies: y a renglón seguido, con un abrecartas abría, para posteriormente pasar a leer una a una, todas las cartas de las que las alumnas internas éramos destinatarias. Lo hacía de manera ostensible, imperiosa…y lo que a mí me parecía una violación de mi intimidad y un abuso de autoridad, ella lo valoraba como un deber para evitar que llegasen hasta nuestras ingenuas mentes ideas perniciosas que provocasen en nosotras desviaciones de la recta moral. Pero la picaresca traspasaba las paredes del Colegio... Un falso domicilio y la generosidad de una compañera externa nos resolvía la situación.
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………
P.D. Fue de nuevo la frase de la Mére Inés quién hizo que yo pariera estas líneas, después de dedicarle un tiempo a "El Pentateuco de Isaac" (Angel Wagenstein), sin ninguna otra intención que la de no mantenerme aburrida, a la espera de que el gris de la tarde se tornase multicolor. No parece que el milagro haya ocurrido. Pero os aseguro que, una vez más, el aburrimiento no encontró paso por mi camino.
viernes, 19 de marzo de 2010
FUE UN ALIVIO...
Lo del colega de trabajo…psss…es que aunque escudriñando en el abanico de posibilidades encontrase alguno, sería imposible desprenderlo de la cartera con las programaciones, las evaluaciones, el material curricular (libros y alguna cosa más… para entendernos)…Y qué queréis que os diga! ¡ Me corta toda posibilidad de morbo y así no hay forma de que la pasión haga presencia! Se muestra escurridiza y traidora. Que si esto, que si lo otro…no. No me sirve tampoco.
miércoles, 17 de marzo de 2010
RESPIRA UN POCO, ANDA...
Deja ya de lamentarte de una vez por todas que estamos un poco hartitos de tus males de amores. Es que además eres una triste melindrosa lamentándote. Mira cómo lo hace El Cigala. ¡Eso sí que es un lamento que llega al alma! Que hasta se acompaña con las palmas para imprimirle ritmo al llanto. Y la garra que le pone desgarrándose…O al menos podrías aprender de la Dama de las Camelias, caray! Que le da elegancia y distinción a la melancolía. Pero tú o te pasas o no llegas…
Karen Dinesen (la otra)
martes, 16 de marzo de 2010
CONTRADICTORIO...ES NOTORIO...
No le veo ni en pintura.
Escucharle una aventura.
Mi víscera desespera.
La pasión del amor dura
si se nutre de la espera.
La locura se acelera...
Se obnubila la cordura...
El paso de esta escalera
o te supera o te cura.
(P.D. Porque permanece ausente
le amaré yo eternamente)
En algún lugar leí
sobre el peligro de hacer
cumplirse las ilusiones.
Pues si aquello que soñé
se convierte en realidad,
más que un sueño que logré,
es ilusión que perdí.
¡Qué carajo estoy diciendo!
¿No me paso yo la vida
embobada y embebida
ilusiones persiguiendo?
Necesito unas lecciones
para mis contradicciones.
Abrazos
Karen Dinesen
sábado, 13 de marzo de 2010
MIGUEL DELIBES
"Los santos inocentes" o "Cinco horas con Mario" han permitido el acercamiento de la obra de Delibes a la inmensa mayoría de los amantes del cine y del teatro que probablemente lo serán también de la literatura. Si ello ha servido para incrementar, no sólo el número de conocedores de su obra sino también el número de lectores, eso que han ganado.
Las últimas horas que pasé con Delibes a través de su obra fue hace ya algunos años con las aventuras de Cipriano Salcedo por la España de Carlos V y la Contrarreforma: El hereje. Es una novela que encandila. Debo yo reconocer mi inclinación hacia la novela histórica. Pero el género en sí mismo no es siempre embriagador. Delibes sí lo es. La mezcla, en esta ocasión, es un auténtico placer y disfrute para el lector.
No es tu partida,
por esperada,
menos sentida.
Pero “tu ausente”
sigue con vida…
Sigue latente.
En tu obra vives
y estás presente,
Miguel Delibes.
Eternamente…
Karen Dinesen
jueves, 11 de marzo de 2010
OLVIDAR...¡quimeraaaaa!
Soneto místico de amor humano
Junto al inmenso orgullo de quererte
y la espantosa pena de dejarte,
la certeza fatal de no olvidarte
y el temor de llegar a aborrecerte,
complica la amargura de mi suerte
tu crueldad que me obliga a abandonarte;
solo quiero vivir para llorarte
y el dolor de partir me da la muerte.
Orgulloso de ser tu enamorado,
al verme de tu amor abandonado,
a mi Dios olvidarte no le pido
que si el olvido fuérame otorgado,
muriera de olvidarte avergonzado,
igual que muero porque no te olvido.
Felipe Sassone
martes, 9 de marzo de 2010
SOBRE LA LIBERTAD...
Lo mejor que podría hacer para dar respuesta a este título sería escuchar a Serrat y cargarme las pilas. “Para la libertad sangro, lucho, pervivo……”
Sin embargo, lo que pretendo es hacer una breve reflexión al hilo de un comentario leído hace unos minutos en un blog, en el que uno de los comentaristas refería como él había soñado hace un tiempo e incluso llegó a creerse que en España existía una libertad total, y comprobaba con cierta decepción que aquello se quedó en un sueño a medias.
Es la Libertad uno de los valores más preciados del ser humano. Y para ayudarme en la reflexión echo mano de la RAE y me quedo con una de las doce acepciones que el diccionario contempla. Aquélla que me parece más adecuada considerando el comentario aludido en el párrafo anterior:
LIBERTAD f. Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres.
Tomando como base de análisis la definición expuesta, yo me tomaría la libertad, valga la licencia de uso del término, de modificar la definición en lo que se refiere al tiempo verbal. Mucho más ajustado a la realidad si cambiamos “disfruta” por “disfrutaría”. Porque lo expresado por la RAE no deja de ser una noble aspiración que poco tiene que ver con el contexto que vivimos ya que no existen naciones bien gobernadas. Eso sigue siendo un sueño sin materializar querido comentarista. Yo no lo llamaría un “sueño a medias”. Sigue siendo un sueño pleno…pero sueño, amigo mío…
Hace tiempo que, si nos damos cuenta, más que de “libertad” se habla de “libertades”. Como si hubiera o hubiese clases distintas de libertad. Es la toma de conciencia, de quienes nos gobiernan, de la ausencia de libertad en la dimensión que su concepto implica.
Se intentan tomar medidas que supongan un acercamiento a la posibilidad de ser libre. Pero siempre habrá quien tome otras que boicoteen, limiten o impidan que aquéllas se lleven a término. La libertad de unos parece pasar por la reducción de “libertades” de otros. ¿Cómo puede hablarse de libertad dónde hay hambre, enfermedad… y falta hasta la esperanza que permita vislumbrar la posibilidad de eliminar tales lacras porque su aniquilación pasaría por la pérdida de privilegios de otros, injustos a mis ojos, pero a los que ellos consideran derechos adquiridos en un marco de libertad…?
Nos quedan las “libertades”…de expresión, de derecho al pataleo, de seguir soñando con la posibilidad de alcanzar la Libertad… única y en singular. Yo no renuncio al sueño que siempre tuve claro que fue tal, y sigue en ese estado latente de búsqueda de dejar de serlo para convertirse en una posible realidad. Porque si lo hiciera, el futuro, siempre escurridizo, acabaría por desaparecer incluso como horizonte.
Dándole vueltas al tema en una ocasión, llegué a la conclusión de que sólo la libertad goza de la dimensión que su concepción incluye. Es decir: sólo la libertad es libre, en la medida en que todo dios la desea pero nadie la posee. Pero como sueño es el más bello que yo soy capaz de concebir.
Karen Dinesen
lunes, 8 de marzo de 2010
domingo, 7 de marzo de 2010
SUEÑOS...
"Salida del sol" Claude Monet
Sueña y será lo imposible improbable.
Sueña… Succiona el "im" y hazlo probable.
Sueña… Que en el soñar juega el empeño.
Sueña que vas a lomos del ensueño.
Sueña y haz el ensueño irrefrenable.
Sueña que puedes con lo imponderable.
Sueña… Que de tu sueño eres el dueño.
Sueña… Que el buen soñar es confortable.
Sueña… Que engrandecerás lo pequeño.
Sueña… Que evitarás lo inevitable.
Sueña… Y harás de las astillas leño.
Soy una soñadora irremediable.
Sueño… Sueño aunque el sueño quede en sueño...
Karen Dinesen