lunes, 28 de febrero de 2011

VIVIR EL MOMENTO...

¡¡¡VIVE EL MOMENTO!!!

Yo, que comparto plenamente esta forma de afrontar la vida, me dije esta mañana. “¡A la caza del momento!”

Suena el despertador a las siete y media de la mañana , apago el ring, me incorporo semidormida e intento tomar conciencia del apoteósico momento en que me calzo las zapatillas con alegría y me doy un traspiés, fruto de la discordia entre el estado de mi cerebro y la voluntad del mismo. Por fortuna, las manos por delante frenaron la caída, provocándome el impacto contra la pared, una leve contusión en las palmas de ambas manos. Y en el ánimo de vivir el momento me pongo a palmear por soleares que es lo adecuado a esas horas de la mañana aunque ya mucha gente esté en marcha viviendo a tope sus propios momentos desde horas antes de mi hora.Estoy viva. La vida me regala un día más.Motivo para sonreír.

Me dirijo a la cocina, cojo un cazo, abro el grifo y echo la cantidad de agua , a la que ya le tengo tomada la medida, para preparar la infusión . ¡Ele! Acierto total ! Otro momento de satisfacción. Abro el armario y tomo conciencia del instante en el que felizmente escojo las hierbas con que voy a deleitar hoy el paladar : manzanilla, menta poleo, cola de caballo…té no, que la tensión no me lo permite. Eh, eh!! ¡Fuera pensamientos negativos! ¡A por la cola de caballo!... que es diurética y me va a permitir unos cuantos instantes satisfactorios a lo largo del día en la medida en que le dé rienda suelta a la necesidad de miccionar. ¡Olé mi pensamiento positivo!

Mientras el agua rompe a hervir le exprimo el zumo a un par de naranjas. ¡Wau! Mi dosis de vitamina C que mantendrá sanas mis encías. Otro momento feliz. Con suerte, la próxima cita con el dentista sólo requerirá la habitual limpieza y el consiguiente sablazo. En ese momento se me viene a la mente si tendré que espaciar las revisiones odontológicas teniendo en cuenta la rebaja que ha experimentado mi sueldo con las medidas de ajuste. O mejor las podológicas. Los pies aguantan más que los dientes. ¡Pero qué hago?? ¡Fuera pensamientos negativos!

Me tomo el zumo con un par de cucharaditas de lecitina de soja, por prescripción facultativa, para combatir el colesterol. Colesterol al que ya trato yo de disuadir a diario evitando comer todo aquello que me encanta, disfrutando de esos combativos momentos que ayudan a superarme y afianzar la voluntad.

A continuación el yogur con miel para dar término al desayuno con unas galletas de harina integral, sin azúcar, sin grasas, sin sabor, sin nada de nada, mojadas en agua con cola de caballo. Redondas. Eso sí. La forma de galleta ya tienen. Pues acompaño el momento tarareando la sintonía de una canción infantil. He salido airosa del instante.

Toca el baño. Primero me deshago de los desechos que contiene mi intestino y me quedo satisfactoriamente liberada. Estupendo momento. Pienso si estuviera estreñida lo jodida que estaría. ¡Y a la ducha! Agua caliente a raudales. Bueno, controlando un poco que tengo que ser consecuente con mi propaganda ecologista. Francamente. Reconozco que el agua caliente cayendo sobre la cabeza y recorriendo después todos los recovecos de mi cuerpo es un auténtico placer. Este momento no es sólo bueno. Es estupendo.

Por último pierdo un poco de tiempo seleccionando los trapos con que me voy a cubrir hoy y ¡lista! Ya estoy en condiciones de afrontar el resto del día…tomando conciencia de que tengo motivos más que sobrados para disfrutar del momento.

A veces soy una inconsciente. Y esto me impide ser todo lo feliz que me permiten mis circunstancias. El estado del bienestar me reduce la capacidad de ver claro. Pero, a pesar de la aparente ironía, sé que soy una privilegiada. Motivo suficiente para sacarle partido a cada momento.

Oriente Próximo, paradójicamente, contribuye…¡Qué tristeza inmensa lo que está ocurriendo en Libia! ¡Qué suerte sufrirlo sólo a través de la “tele”!

Estoy viva. Al calor de la calefacción. El estómago ha recibido su ración de cena y me encuentro frente a mi ordenador escribiendo todas las tonterías que se me ocurren.

Es éste un momento estupendo. Todo lo estupendo que he sabido hacerlo.

K.D.

domingo, 13 de febrero de 2011

APRENDIENDO...


Algunas veces recibo un varapalo inesperado por solicitar respuestas a interrogantes que me acucian. Es posible que las preguntas resulten impertinentes a quién las recibe aunque no exista intención de importunar por mi parte. Sin embargo, la susceptibilidad del interrogado no entiende de intenciones. La mala leche del aludido se transforma en sarcasmo por obra y gracia de su inteligencia. No me amedrentan este tipo de reacciones y puedo llegar a entenderlas… lo que no me impide dejar constancia de lo que me parece una actitud incorrecta por bien expresada que esté la respuesta. Fundamentalmente si no se adecua la ironía que fluye de su verbo a las preguntas planteadas por simples que éstas pudieran ser. Pero esta vez me pilló de sorpresa y no vi la carga de empujoncitos que me cayeron hasta que hube repasado su repasada. Debo reconocer que me pasa con frecuencia por irreflexiva y precipitada. Ya era tarde. Yo hasta le había dado las gracias por su verbo ágil y su mente privilegiada. También para procurar el despiste. Y así me pilló. Despistada. Debo reconocer que, aunque hubiera yo sido consciente del asunto, me habría costado darle una digna respuesta. No estoy a su altura en capacidad. Pero igual al genio le vendrían bien unas alzas para alcanzar la cota de sencillez que requiere el arte de la genialidad. Bien. Algo he aprendido. Y eso es lo importante. Debo contar las varas de la camisa antes de meterme en ella. Hay lugares que no están a mi altura aunque la razón sea que me queden altos los techos. O quizás por ello…

K.D.


P.D. La foto es de mi autoría como muchas de las que aparecen en el blog .(Tengo que aprender a firmarlas)

martes, 8 de febrero de 2011

EL PODER DE LA RED


Allá por los inicios de nuestra democracia, yo era como Caperucita...Roja, joven e ingenua...
Cuando en algunas ocasiones me dolía la injusticia, el dolor me salía del alma y se extendía por todo el cuerpo. No sé si era el dolor de cabeza que me producía el desaliento que mi cerebro no daba más que para pensar de forma muy simple y elemental. Me parecía tan evidente lo injusto que no daba lugar a dudas...Todo el mundo tendría que verlo. Sin embargo el asunto no pasaba de ser comentado, con indignación ciertamente, en la carnicería, en la frutería, en el centro de trabajo, en la cola del autobús...Todo dios se rasgaba las vestiduras, increpaba y se esforzaba en elevar la voz en las conversaciones que surgían. Pero todo seguía igual si los Sindicatos o los Partidos no tocaban a rebato.

Yo entonces, si no se daba la llamada del muecín, pensaba que si saliese a la calle vestida de mujer-anuncio denunciando lo que era objeto de denuncia ,tal vez quién me viese reaccionaría y, al igual que el Flautista de Hamelin, consiguiese yo de esa guisa lograr una convocatoria digna de voceros y hacer algo aunque fuera simbólico. La idea se fundía fácilmente después del calentón cerebral, al darme cuenta de que lo más fácil es que alguien diese parte a la policía de que una loca andaba suelta dando al traste con mi encomiable objetivo.

Estos días atrás le daba vuelta a la idea de la mujer-anuncio cuando una y otra vez pienso en la gran revuelta que se está produciendo en Egipto y que acabará en una revolución, diseño Siglo XXI, aunque sea impredecible el final. Todos los esquemas de organización social de los que nos dotamos en Occidente y que hace tiempo están siendo puestos en cuestión por aquéllos que reclamamos soluciones justas, corren el riesgo de desaparecer a medio plazo si en nuestros jóvenes crece el descontento y usan su cuenta de facebook para lo mismo que ha hecho el joven egipcio a quien las autoridades han convertido en héroe con su detención.

Tan inesperadas fueron las consecuencias que las autoridades egipcias no se podían creer que no hubiera un grupo potente organizado, tras su cuenta en Internet. Posiblemente tampoco el joven creyó lograr lo acontecido. Es estremecedor, grandioso y tremendamente peligroso a la vez, pensar que cualquier persona-anuncio con una cuenta Facebook pueda convertirse en un líder revolucionario. Divino si es Anakin Skywalker . Jodido si resulta ser un Darth Vader... Para pensar...
K.D.