martes, 14 de abril de 2009


El 18 de Julio de 1936 fue herida de muerte. Y ya no salió viva de aquel trance. Hubo quienes hicieron lo imposible por evitar el fatal desenlace. Se opusieron a la agresión e intentaron defenderla con uñas y dientes.

Con muros de piedras, madera y sacos de arena. Intentaron aturdir a los agresores alzando la voz -¡¡No pasarán!! - gritaban mientras se parapetaban tras las barreras de desechos, ya entonces, armados hasta los dientes. A algunos ya les faltaban…de morder la rabia. Y también las uñas… de arañar la impotencia…

Intentaron salvarla a toda costa y muchos cayeron en el intento. Otros, agotadas las fuerzas, se dejaron abatir y pagaron su generosidad en prisión… fueron afortunados. Los hubo con menos fortuna que no se abatieron y fueron abatidos por un pelotón de fusilamiento. Mis abuelos entre ellos. Eso sí. Juzgados previamente en Consejo de Guerra y condenados por rebelión. ¿Rebelión…? ¡Tiene bemoles la cosa!

Mis abuelos fueron de los que intentaron evitar la hemorragia y que el desastre alcanzase a los más débiles e indefensos. Por eso, uno de ellos formó parte del comité de guerra de su población, asumiendo la responsabilidad de facilitar la evacuación de mujeres y niños. Y dicen que lo hizo bien. El otro, más joven, se fue al frente. Mis abuelos hacían bien las cosas. Desde sus trabajos en las respectivas empresas en las que desempeñaban su labor antes del alzamiento, hasta las labores que derivaban de los compromisos que asumían. En este caso las de la defensa de la II República . Les costó la vida. No sería justo que no intentase hacerles un justo reconocimiento, reclamando la resurrección de aquello por lo que la dieron. O más bien les fue arrebatada.
¡¡¡Viva la República!!!

(Karen Dinesen)
Serenos y alegres
valientes y osados
cantemos soldados
el himno a la lid
............................

6 comentarios:

mary dijo...

muy guapo el homenaje que les haces,me uno a el....,solo pensar que algún día suene a batallitas, me da escalofríos....

Karen Dinesen dijo...

Gracies, Mary por el actu solidariu.

miner dijo...

La República no fue admitida por quienes iban a perder sus privilegios.
Ahora estoy leyendo un libro que se titula las Manos cortadas de Luisgé Martín. Es una novela mezcla de realidad y ficción. Sobre Chile y Allende, hay un párrafo en la pagina 57 que me gustó y es muy apropiado al comentario sobre la República:
...Es cierto que quienes cometen abusos y se aprovechan para su propio beneficio de un estado permanente de injusticia y de explotación no desean nunca reformas ni mudanzas.
Un saludín

Luis Simón Albalá Álvarez dijo...

Llegará, como decía Allende, más pronto que tarde. (Entrañable y triste la historia familiar).

Karen Dinesen dijo...

Por circunstancias, viví mi infancia y parte de la adolescencia con mi abuela y "mi tío" (años 50 y 60).
Supongo la tristeza vivida tras la muerte de mi abuelo...Sin embargo, las circunstancias en que se produjo generaron en ellos un punto de dignidad y coraje que siempre percibí en casa.
Se habló siempre de la guerra civil,de los sucesos acaecidos durante y "después de", con naturalidad y no exentos de rabia e impotencia.
Pero nunca la ausencia de mi abuelo fue percibida por mí, en los miembros de mi familia, como si de perdedores derrotados y victimistas se tratara.
Más bien al contrario. La ausencia se hacía presente dando coraje, aliento, estímulo para la lucha y esperanza.Siempre miraron al futuro con la esperanza de cambio.
Y vivieron para verlo.
(Recuerdo las lágrimas de mi abuela la primera vez que escuchó la internacional en un altavoz que llamaba a un acto público electoral...)

belijerez dijo...

Todavía quedan nietas para la memoria histórica, menos mal.
Mis abuelos murieron de pobreza (enfermedad) bastante jovenes. Ella, la pobreza, sigue existiendo en muchas partes de España todavía.
Vemos falta de vivienda, sanidad deficitaria según qué casos, ¿educación? enseñanza y no digamos el empleo. Si la "III" lo arregla que venga, sino que más dá.