El uno son tres. Y no tres
en uno como la Santísima Trinidad sino como tres eran tres las hijas de Elena.
Y tres eran tres , convidados de piedra…Unos más piedra que otros.
El uno.1 se convidó a sí
mismo a la cumbre del G-7 con la única posibilidad de quedarse en extramuros
pero haciéndose ver. Era Joseba Álvarez, dirigente de Sortu. Y le pasó como a
Joaquín. Era Joaquín un sindicalista de la UGT clandestina (al menos eso creía él) infiltrado en el Sindicato Vertical y haciendo de las suyas, desde su
calidad de delegado sindical, fue expedientado en ocasiones varias y, consecuentemente,
su curriculum le hizo valedor de noches hogareñas en la comisaría los previos
al 1 de Mayo. Le invitaba la Policía a compartir paz y amor durante 24 horas
desde los atardeceres de los” Treinta de
Abril” hasta los ocasos de los “Uno de Mayo”. Pasado el aciago día de
movilización obrera, Joaquín, a la calle.
Pues eso mismo le pasó a
Joseba en plena Democracia, que no Democracia plena….
El uno.2 se lo adjudicamos a
Rusia. Después de marear la perdiz, se quedó fuera. El G-7 sigue siendo “gesiete”
desde lo de Crimea. Y otras razones que
no sabemos. Que serán razones de Estado de esas que el pueblo no está en
condiciones de entender. Más bien de “Estados” en este caso. De Estados unidos (que
no Unidos) por una experiencia vital común : la Segunda Guerra Mundial.
Entonces Alemania, Italia y Japón estaban de un lado mientras EE.UU., Canádá. Reino
Unido y Francia , del otro. Rusia, como parte de la Unión Soviética, se unió al
bando de estas cuatro más tarde. Que siempre se muestran los eslavos orientales pelín
renuentes…. Tal vez por ese “ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio” entra y sale del grupete jugando al G-7, G-8, G-7. Estas
coordenadas probablemente se hayan
establecido a partir del roce… que ya
sabemos que genera querencias aunque estas hayan tenido el origen en disputas.
Y una guerra como la Segunda Mundial imprime carácter. Y por eso el G-7 tiene
tanta importancia aunque algunos de los Jefes de Estado allí presentes sean
unas pelamangas. Y aunque China haga temblar el suelo de la Amazonía, el de
África y el de algunos campos de fútbol, y siga, como Atila pero sin caballo y
con esas formas orientales así como de “geisha”, cabalgando sin prisa pero sin
pausa…el G-7 tiene mucho más glamour. Por eso se deja seducir el….¡Uno.3!
Uno.3: Pedro Sánchez. Que ya
le invitó Macron a unos pinchos “tête a tête” con unas burbujas de Dom Pérignon
Rosé a ver si se suma España al boicot al Tratado de Libre Comercio….con la boca
pequeña y amagando para asustar..pero ¡ni así!. Que no se van a ir al traste
los acuerdos de importación de carne así
como así por un capricho del francés.
Los que ya no existen ni en el recuerdo son aquellos virtuales con PODEMOS.
Después de esta velada…..mmmm….¡Qué rica sabe Europa!!
Victoria