martes, 27 de abril de 2021

¡POR MANITÚ!

 

Pues sí…es cuestión de cara aunque este descubrimiento, si lo es para Pedro de Silva, parece que se haya caído recientemente del guindal. ¡Por manitú! Rostros pálidos, o menos pálidos, con cara de redentores del “cuervo ingenuo” en peligro de extinción, que no tienen inconveniente en decir “digo dónde dije Diego” …¡cómo las setas en otoño!.

Ayuso ya apuntaba maneras en los inicios de su carrera. Su cerebrito estaba en pañales y ahora ya no los necesita. No tiene ningún problema para cagarla. Puede que hasta cree tendencia. Hay muchísimas aspirantes a ser “Ayuso”. Lo del rostro de la candidata a Presidenta por el popular Partido Popular no es como el rostro pálido del “hombre blanco hablar con lengua de serpiente”. Ayuso no miente. No engaña. Simplemente es tan limitada que no es consciente de sus limitaciones. Cuando, además, está rodeada de lumbreras como Toni Cantó y Ruiz Escudero, a los que aplauden con fervor las múltiples corales de fans del barrio de Salamanca y aledaños…pues no es tan raro que se vea a sí misma como La Libertadora de Madrid que acabará con la amenaza del comunismo. A mí me da la risa floja cuando la escucho hasta que caigo en la cuenta de que la simpleza se multiplica como los helechos, y la masa la votará en masa. Ella es su referencia.   

La rancia derecha, menos simple y más larga en previsiones, repartirá sus votos entre Ayuso y Monasterio. Si se trata de cara dura, la de esta es mucho más.

No sé, Pedro de Silva, no sé…cada vez estoy  yo más despistada. Pero la política, al menos desde que yo la vivo, no fue nunca cuestión de cultura o incultura. Esto va de listos, listillos, aprendices de listeza ,más avezados o menos, y tontos del culo e inconscientes. Los cultos y pensadores no están bien vistos. Algunos de estos, pocos, son inexpertos y tenaces, y siguen intentándolo…otros se prejubilan en cuanto tienen ocasión.

“Hombre blanco hablar con lengua de serpiente. ¡Por manitú! Yo  no querer nada con tú”

Yo me aplico lo de Krahe. Es un buen digestivo.

 

 

lunes, 19 de abril de 2021

PREGUNTO A MÓNICA

 

Verás, Mónica García, candidata a Presidencia de la Comunidad de Madrid…llevo ya un tiempo intentando entender lo que nos dijiste en una de tus primeras intervenciones ante los medios de comunicación, tras haber dicho ,sin reparos, que no tendrías inconveniente en hablar con Pablo Iglesias una vez que este propuso ir “juntos” a las elecciones. No sé si te cogió la propuesta con el pie cambiado o lo de “ir juntos” provocó en tu subconsciente esa idea recurrente, de la izquierda en general, de que “el pueblo unido jamás será vencido”, y la respuesta refleja fue “vale, hablemos”…como el perro de Pavlov…

Al día siguiente de este trance volví a verte en la tele. Parecía que te había llegado la luz en la oscuridad de la noche. Eso o que Errejón se te apareció en sueños señalando  el camino a seguir. El caso es que, sin mediar (al menos yo no me enteré) aclaración alguna sobre “donde dije digo, digo Diego”, te presentas como una mujer segura de ti misma , haciendo ostentación de ello como si fuera algo excepcional. Y nos cuentas tus intenciones que son, en este orden, no aceptar ir con PODEMOS porque no necesitas que  “nadie venga a salvarte”, y tu decisión  determinante e inquebrantable de presentarte a Presidenta de la Comunidad de Madrid.

Entre una cosa y otra enumeras los méritos de tu curriculum como activista y diputada (ferviente luchadora frente a Ayuso) en la oposición de la Asamblea de Madrid. De sobresaliente, diría yo…formando parte de las mareas por la Sanidad Pública, recorriendo calles y calles pasando por la Cañada Real (eso suma unos cuántos créditos), visitando Centros de Salud, entrevistándote con AMPAS en el ámbito de la educación y dedicando el resto del aliento que te queda a tu segunda casa, ejerciendo la medicina en el Hospital 12 de Octubre. Hasta aquí, casi todo para descubrirse, Mónica. De verdad. Pero hay cosas que me dejan perpleja. Y como no me quedo tranquila cuando algo no me encaja o me encaja más bien mal, pues ahí te van algunas preguntas.

Lo de que “las mujeres no necesitamos que nadie venga a salvarnos”…..¿A qué viene?...¿Alguien planteó que su intención era redimirnos y yo no me enteré?...Si esa premisa no fue planteada por nadie, ¿será tal vez fruto de un prejuicio  inconsciente que sale cual resorte sin que seamos capaces de controlarlo?....A revisar!

Sigo…Tras darnos a conocer con detalle el contenido de tu curriculum como activista-política…¿ cómo se te ocurre decir que” las mujeres estamos para hacer el trabajo sucio y en los momentos históricos se nos pide que nos apartemos”? Esto, Mónica, es una solemne estupidez, fruto de un exacerbado y desquiciado sentido de lo que significa ser feminista, que además traslada un mensaje penoso y patético. Me explico:

1)   Trabajar en las mareas por la Sanidad Pública, recorrer Centros de Salud, patear las calles ,callejas y La Cañada Real, intercambiar con las AMPAS, dedicar tu tiempo al servicio sanitario en un Hospital, pelear duro en la Asamblea de Madrid, teniendo que argumentar frente a las memeces de Ayuso….todo esto...¿¿ puede calificarse como “trabajo sucio”’????? ¿Qué idea trasladas a quiénes te escuchan de lo que, en mi opinión, es un gran trabajo y muy necesario en política?

2)   Sentirse feliz por protagonizar un momento histórico como el que supondría , por ejemplo, llegar a la Presidencia de la Comunidad, sin que te tiemble el pulso al expresarlo, es, además de categorizar el cargo como valor supremo, un acto pelín irresponsable…ya que “eso”…ser Presidente o Presidenta…¡”Eso” sí es un MARRÓN! Si se es consciente de lo que supone es inevitable que la cosa asuste un poco aunque se esté dispuesto a poner gran parte de la vida en ello, renunciando a muchas otras cosas para servir a la colectividad.

   Ya me quedo más tranquila aunque, como diría Gloria Fuertes, “me duele todo, todo, todo, todo...sin dolerme en el cuerpo nada, nada”

Q  Que la Fuerza nos acompañe.

domingo, 18 de abril de 2021

SOBRE LA IDENTIDAD

 

Esta mañana, mientras desayunaba, la 2 de RTVE emitía una entrevista a Javier Arias Artacho al hilo de su último libro: “Nadie sabrá de mí”.

Conecté en un momento que captó mi atención al preguntarle la entrevistadora sobre la trayectoria de su obra, pasando de la novela histórica a la narrativa contextualizada en nuestra contemporaneidad, y su supuesto conocimiento sobre las características de la identidad del ser humano a lo largo del tiempo, interesándose por lo que, en uno u otro momento a lo largo de la historia, define nuestra esencia, nuestra ambición más íntima….nuestra búsqueda del sentido de la vida, en definitiva.

La respuesta del entrevistado no fue sorprendente, o no me lo pareció, ya que la “búsqueda de la felicidad” es lo que nos hace igualitos. No hay distingos en esto. Somos todos así de simples y previsibles.

No entró Javier Arias en lo que supone “la felicidad” para tantos y tan diversos pobladores de esta aldea global, entre otras cosas porque sería una pérdida de tiempo. De darnos pistas ya se encargan otros que nos quieren echar una mano y, una vez enganchados, intentar no soltarnos en el ánimo de redimirnos y hacernos no solo únicos sino también "los mejores”. Que de eso se trata. Yo siempre me pregunto cómo de únicos y “másmejores” se sentirán los innumerables que siguen las indicaciones de las multinacionales con sus maravillosos spots publicitarios…Pero ya me estoy yo saliendo del tema. Vuelvo a Javier Arias Artacho.

Tras responder  que aquello que nos identifica es la “búsqueda de la felicidad”, entró directo al grano haciendo diana, afirmando con contundencia que la solución  está en algo que es necesidad esencial común a “tododios”(él se expresó mucho mejor, obviamente), y damos vueltas y revueltas sin caer en la cuenta de que sólo somos felices cuando nos sentimos queridos. Y eso consiste en dar amor y recibirlo. Pues eso. Pienso que todos somos conscientes de ello mientras ocupamos el tiempo en “cumplir ese sueño” (¿) que nos puede resolver Cofidis. Si es que nos despistamos con una facilidad...  

Gracias, Javier Arias Artacho.

Buenas noches.

 

P.D. A ver si un día de estos puedo dedicarle una cartita a Mónica  García de “Más Madrid”.

domingo, 11 de abril de 2021

DE LA NECESIDAD, VIRTUD

 

Pues menos mal que nos lo explica Pedro de Silva…Que lo de Erdogan y el resto de los jefes de las tribus que tienen hincada la lanza en este territorio comanche en el que andamos , unos perdidos y otros participando en la carrera por alcanzar el título de colono con rancho en propiedad, no es más que un mal necesario…o algo por el estilo…Que no me parece a mí que tenga nada que ver con lo del estoicismo que me explicaba mi tío Joaquín, intentando hacer de la necesidad, virtud. Y para ello me hacía recitar lo de “Cuentan de un sabio que un día,/ tan pobre y mísero estaba/, que solo se sustentaba/ de unas hierbas que cogía…” Y seguían los versos hasta comprobar que otros aún andaban peor. También era frecuente oírle decir que “no es más feliz quién más tiene sino quién menos necesita”…

Dicho todo lo anterior,  parece que la Dictadura de Franco en 1953 era un mal menor para USA ( aunque fuese una fechoría para algún” españolito que vienes al mundo, te guarde Dios”) como ejemplo paradigmático de la lucha contra el comunismo, mientras que el mismo Eisenhower que apadrinó al Dictador en España intentaba echar abajo la Revolución Cubana excusándose en la Dictadura de Castro, invadiendo Cuba por Bahía Cochinos. O sea…las Dictaduras son o no una necesidad dependiendo para qué y/o para quién.  Para poder entendernos en el asunto de las “necesidades” se requiere un máster…aunque sea en Aravaca…

Los que a día de hoy “dictan” en el planeta y fuera de él (aunque ignoremos totalmente el alcance de lo segundo y parcialmente lo primero) son consecuencia de lo que en un momento fue un “imponderable” goloso para el capitalismo y sus adeptos (casi “tododios”). Y claro, ahora no queda más remedio que convertirlo en “ponderable”…¿De qué otra forma combatir con los “Dictadores por decreto”, y los que lo son por votación popular? Pues eso…que ya lo explica Pedro de Silva. Gracias, Pedro.

Y cuando encuentres ese “punto de equilibrio que nos mantenga moralmente vivos”, avisa.