¡Qué se puede decir!
Yo es que me quedé sin palabras. No me sorprendió. En absoluto. Sin embargo, el abatimiento que anticipaba llegó. Sin aspavientos, cierto. Pero me abruma la constatación de los hechos. Y me abruma más porque el contexto previo me lo había hecho ver como ineludible. Y esto me instala en la depresión más absoluta.
¿Cómo puede ser…? Doscientos y pico años de la Revolución Francesa y sin haberse cumplido el centenario de la Revolución Bolchevique, teniendo vigencia ideologías que defendieron la igualdad de clases y que en sus rituales anuales siguen gritando al ritmo de la Internacional cosas como éstas : “Removamos todas las trabas que oprimen al proletariado”… pasa lo que pasa…
Proletariado, la verdad es que cada vez queda menos que oprimir. De eso ya se encarga el desempleo. Y el funcionariado es una clase que puede considerarse privilegiada, vista desde la óptica del empleo, claro. Por eso rebajarles el sueldo puede ser considerada por el gobierno como una medida equilibradora de clases, no? …Digo yo…Lo de la congelación de las pensiones…pues ¡yo qué sé!...que tampoco tienen tantos gastos los pensionistas. Los “sin techo” ya no la tienen. O sea que tampoco se les ocasiona grandes trastornos. Y los “con techo”, a estas alturas, ya estarán libres de hipotecas. Y para invertir sus dineros en puzles que se compran en los chinos, que es lo que hace mi madre desde que la operaron de cataratas (¡virgencita que la sanidad se quede como está!), pues mira, yo creo que les sobra.
Y lo de anticipar la jubilación ¡es que era un regalo, rediez! Poder hacer con tu tiempo lo que quieras a partir de los sesenta, igual es un poco refalfie. Que a esos años, si uno llega sin problemas graves de salud, o si llega simplemente, pues sólo estará afectado de artrosis, colesterol, hipertensión, ansiedad y otras nimiedades que objetivamente lo son, si hablamos de enfermedades. Lo de las nimiedades no lo digo con ironía. Que yo con la salud no hago chistes. Conste. Lo malo es que a esa edad cada año que pasa cuenta como dos a la hora de sumar fatiga y agotamiento.
Tengo un repunte en el ánimo con la reducción de inversiones en Defensa que se volatiliza cuando escucho que el Medio Ambiente también se verá afectado.
Pero bueno… ¡Alegría!. Tendré que echar mano de aquel poema de Calderón que mi tío me repetía con frecuencia para combatir los brotes tiernos de egocentrismo que advertía en mi actitud infantil. “Cuentan de un sabio que un día, tan pobre y mísero estaba que sólo se alimentaba de las hierbas que comía. ¿Habrá otro, entre sí, decía, más pobre y triste que yo? Y cuando el rostro volvió…” Ya sabéis cómo termina…
No es muy propio que yo reaccione así ante situaciones como éstas. Pero para cantar la Internacional o La Marsellesa me faltan ánimos y fe. Sobretodo fe. No la tengo…¡qué le vamos a hacer! ¿Es que los únicos adinerados aquí son el Gobierno, los diputados y los funcionarios? ¿Qué coño pasa con los grandes capitales? ¿No los hay? ¿No entran en el ajuste? …O es que no hay medidas a su medida…? ¿Qué les toca a ellos?...Ah, sí. Las empresas farmaceúticas se quejan porque bajarán los precios de aquellos medicamentos que tengan un equivalente genérico. Ya amenazan con que se perderán puestos de trabajo…Si es que esto es una mierda…Y perdonad la expresión. Pero no encuentro otra menos grosera para decir cómo me siento.
Hace unos minutos veía en el informativo a los “hinchas” del Atlético de Madrid, en la fuente de Neptuno, borrachos de entusiasmo. Estoy por ponerme una camiseta rojiblanca y sumarme a la celebración. De momento voy a intentar animarme haciendo karaoke con el Himno.
Y haya salud. Mi abuela siempre lo decía cuando no se veía agraciada con la lotería. Pues eso…
Salud y abrazos.
Karen Dinesen
http://www.youtube.com/watch?v=B_1vbtkp5t8