lunes, 2 de noviembre de 2020

"SENTIRES Y PENSARES"

 

Escuchaba en TV a la dueña de un pequeño comercio de una localidad asturiana solicitar ayuda al Gobierno Autonómico para que ,  de algún modo, potenciase , favoreciese el “comercio de proximidad”. Con toda seguridad, esta buena mujer defiende la libre iniciativa en el marco del libre mercado. Ese libre Mercado que se regula a sí mismo y a ella misma pero se fue sin dejarle el número del móvil. Y claro está. La señora decía que es  imposible sobrevivir si los consumidores siguen dándole oxígeno a AMAZON. Igual es demasiado cruel , más en este contexto, darle la dirección de una página web para que exprese su denuncia .En fin…conmigo  puede contar su gremio, por eso de que me gusta ver el género que adquiero amén de que la tecnología me supercalifragistiliza y me da yuyu. Algo es algo….

La pasada semana  tuve la oportunidad de que me recibiera, en el Centro de Salud,la doctora que sustituye al doctor que me había atendido hace un mes y que, a su vez, sustituía entonces a la doctora que me corresponde y que lleva de baja un tiempo. Ahorro la descripción de los previos a la consulta y de la misma. Lo que pude percibir es la presión a la que están sometidas las personas que trabajan en la Atención Primaria, su voluntad, dedicación y la toma de conciencia de que no van a estar mejor en cuanto a recursos humanos porque es imposible. De dónde no hay no se puede sacar. Y lo tienen claro. Y aún así, siguen…

Y de esto no hay un culpable. Esto ya lo digo yo. Recuerdo a mi médico de familia, allá por los años noventa del siglo pasado. En la puerta de su consulta había puesto un enorme cartel en el que, con letras mayúsculas, expresaba su falta de tiempo para atender a los pacientes. Reclamaba  quince  o veinte minutos para cada uno  cuando en cinco minutos tenía que despachar un par de ellos…Un buen día, con la sala de  espera a tope como consecuencia de la demora, abrió la puerta, contempló el panorama y desde el umbral nos grita angustiado: “¿Pero qué hacen ustedes ahÍ? ¿A qué esperan para rebelarse y expresar las pertinentes quejas en la administración?”. Suspiró y meneando la cabeza, giró sobre sí mismo y volvió a entrar en el despacho. Alguien comentó, “pobre hombre”…”con lo buena persona y buen profesional  que es…” “por eso seguimos aquí y esperamos lo que tengamos que esperar”…comenta una tercera persona. Yo me sentí muy mal al darme cuenta de mi pasividad frente a lo que estaba ocurriendo. No sé si los demás eran inconscientes…Yo era irresponsable.

Y ahora, cuando todo se precipita, la culpa es o del Gobierno o del /de la COVID-19 por extensión…El Gobierno no sabe mucho de este tipo de "bichos", y el desconocimiento resta culpabilidad, porque la Ley Natural nos disculpa en estos casos de ignorarla...Y para ser culpable , premisa previa es ser responsable. Y me da que el virus de eso no sabe. Como cualquier bicho, trata de hacerse hueco…Cierto que lo hizo sin avisar y eso nos da cancha para darle caña. No obstante, las consecuencias de esta intrusión en nuestras vidas es otro asunto…sobre estas si podríamos estar alertados. Nos sobra ingenio, imaginación y ganas para hacer ficción sobre amenazas apocalípticas. Eso nos entretiene y, como el ser humano siempre se impone  al maligno en un final feliz, seguimos en línea de alimentar nuestra inconsciente soberbia.

Responsables pasivos unos, irresponsables activos otros, TODOS SOMOS CULPABLES.

Esto no quita para que cuando nos pisan el pie gritemos. La dimensión humana incluye nuestra dimensión zoológica.

“Sentires y pensares”…pero más “pensares” porfa, que andamos cortos... Es urgente.

Que la Fuerza nos acompañe.