Desconozco a Rafa Nadal. No
leí nada sobre él (salvo un breve artículo de hoy en la prensa) ni escuché
entrevista alguna salvo las cuatro palabras que suelta cuando le hacen alguna
pregunta tras un partido. Y, eso sí, le veo jugar. Me gusta ver jugar al tenis
y Nadal es, sin duda alguna, uno de los
mejores tenistas de la historia si no el mejor.
Hoy, en el artículo en el
que se le menciona, se hace referencia a
la buena gestión de la vida que hace el tenista, dando signos de “un equilibrio anímico soberbio” que se
manifiesta , entre otras cosas, en “ la gestión del gran dilema pendiente entre
vivir sin dolor o seguir jugando”.
Inevitablemente, yo, persona
prejuiciosa dónde las haya, tengo mi propia ficción sobre el bueno de Rafa…y me
parece un falso dilema el que se plantea en el artículo al que hago referencia
, en el que aparece “vivir sin dolor”
como alternativa a “seguir jugando”. A mí me parece que para Rafa Nadal el
mayor dolor lo experimentaría si deja de jugar. Obviamente no sería un dolor
físico como los que sufre y lleva con fuerza de ánimo y anestesia. Sin embargo,
esa fuerza de ánimo , en mi opinión, le
viene del juego.
Sigo con la ficción…Rafa es,
fundamentalmente, un personaje. Y lo es , no sé si a tiempo completo, pero casi…Seguramente
tendrá tiempo para jugar al parchís pero no demasiado, teniendo en cuenta la
programación anual de torneos y todo lo que conllevan los previos a los mismos.
Vive por y para jugar al tenis. Su curriculum lo acredita. Y la sala de
exposición de trofeos que tendrá en Manacor…
A Nadal debe pasarle como a
todos los personajes que conozco, ya sean éstos de andar por casa temiendo que
les llegue el momento de jubilarse o de los que tienen cierto reconocimiento
social y temen que se les esfume el contexto que les mantiene en el candelero.
El personaje se alimenta con
el ambiente que se crea en torno a ellos. El público del Roland Garrós gritando ¡¡¡Rafa, Rafa, Rafa!!!, con ese coro
de espectadores entre los que se ven caras de otros personajes que se refuerzan
compartiendo lo que viven como un momento único y grandioso…reconocidos
futbolistas, gentes del mundo de la política y otros espectáculos ,Michael Douglas
aguantando con el suyo gracias a su peluquero que completa el look con sombrero
y gafas de sol…Personajes que van a ver y ser vistos. Viven permanentemente en
un mundo entre bambalinas y escenarios ,
escuchando los aplausos mientras se baja el telón hasta la próxima función.
¿Qué pasa si Rafa Nadal
cuelga la raqueta???? Se esfuma el personaje y tendría entonces que darle vidilla a la persona. No hay cuota mediática.
Tiene toda una espléndida Escuela de
Tenis en Manacor cuya gestión podría entretenerle, compartiendo el
tiempo con la familia. Su mujer probablemente lo agradecería…Pero ¿para qué
ponerse a gestionar un negocio que ya tiene quién lo haga?...Jugar al parchís
todo el día…tampoco es cosa…
Estaría a tiempo de aprender
a vivir lo cotidiano buscando a descubrir lo que la vida le ofrece cada día,
valorarlo, disfrutarlo…Esto exige ciertas destrezas pero siempre se puede
aprender . Parece, por lo que parece, que aún no le ha llegado el momento de desprenderse del personaje y
enfrentar la página en blanco de cada
día que se le ofrece a la persona, en cueros y sin atrezzo...
Pero no hay tal dilema…el
dolor del pie es mucho más llevadero del que sufriría si se queda sin raqueta.
Esta es mi ficción. Con el
mismo valor que otra ficción cualquiera.
Que la fuerza nos acompañe!!