Esta mañana me desperté con la resaca de pensamiento que anoche me acosó hasta embriagarme y quedar dormida bajo sus efectos.
Ayer tarde, salí del canal 24 horas y entré fugazmente en la "sexta"por ver si estaba en algo que podría interesarme, cuando aparece ante mis ojos Sonia Ferrer explicando el "chantaje" al que había sido sometida cuando se prestó a ser portada de la revista "Interviu" en algún año del presente siglo...no recuerdo si 2004, 2005 o 2006...La indignación me hace olvidar algunos detalles.
Intenté comentar la cosa con quiénes tengo cerca en edad y proximidad física aunque , una vez más compruebo, no de pensamiento. Intento entender y respetar pero me siento como un pulpu en un patatal. Pregunto, trato de indagar cómo procesan sus cerebros para, no solo adaptarse a los nuevos tiempos (no queda otra si quieres evitar llamada urgente al psiquiatra)sino para incorporar el pensamiento imperante a su (de propio) conjunto de ideas sin sufrir traumas , haciendo un sincretismo incomprensible entre su historia pasada y los cánones que rigen algunos aspectos fundamentales de la moral que se impone, ni siquiera sibilinamente sino como elefante en una cacharrería aplastando a su paso lo que pilla.
Es importante añadir un ingrediente , a imagen de pócima mágica, con la que cuentan los "nuevos"...nuevos tiempos, nuevos actores de este Retablo de las maravillas del que Cervantes ya nos advertía...Me refiero a las ,también nuevas, formas de comunicación que rigen este germen de imperio. Será breve, no obstante (el imperio, digo) . Acabará siendo pasto rápido de sí mismo. Los que vienen detrás vendrán más rápido y los engullirán sin masticar. ¡Oh! me vino a la mente "el sombrero" del Petit Prince!! Pues mira, visto así...
Es increíble cómo se monta un relato con piezas sueltas (imágenes fuera de contexto, declaraciones que no se escuchan, twits que no sabes a cuento de qué vienen, y muchos uffffsss que no acabaría yo de enumerar y analizar en pocas líneas) que se colocan encajando en un puzzle hecho a martillazos y se interpreta cómo quieran aquellas personas que pretenden venderlo. ¡Y se vende, rediós!!
No sigo... que me deprimo y me prometí esta mañana que no miraría arriba. Así que lo que hice fue desayunar felizmente y abrir el ordenador para mirar el correo y leer a Pedro de Silva. Y he aquí que me encontré de bruces con el antidepresivo del día: su texto diario que intento copiar y pegar. Un alivio para mí leer su , en mi opinión, brillante reflexión.
¡¡Gracies, D. Pedro!! Hoy, sí.
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"Conforme el presentismo lo invade todo, de la cultura a la
moral de lo políticamente correcto y sus legalidades derivadas, se hace más
patente la necesidad de configurar un nuevo derecho humano, el de ser uno hijo
de su tiempo. Asumamos, desde luego (tampoco hay otra), el fuero del presente,
o sea, el derecho de los hijos del tiempo de hoy a ordenar las cosas con
arreglo a nuevas costumbres, pues se supone que esa es "ley de vida",
una norma al parecer suprema con sus flujos, reflujos, oleadas y resacas. Vale.
Pero, por favor, dando por buenas las nuevas normas y acatándolas todos, no
intenten reeducar, además de sus actos, las mentes y el modo de pensar de los
antiguos, buscando colonizar también, además del presente, el pasado en que los
pobres sobreviven. Ese derecho humano de los mayores debería ser reconocido,
una vez bien discurrido por los pensadores (los que haya y se atrevan)."
Pedro de Silva ( La Nueva España, 3 de Setiembre de 2023
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