Me encanta la madera de castaño envejecida a la intemperie de las sebes. No sólo a la vista sino también al tacto. El lugar muy bucólico, recogido y rodeado de árboles, de película romántica (como tú).
GPA...parece que me conocieras...¿o será que me conoces?... Esto forma parte de mis contradicciones. Verás, GPA, tal vez el romanticismo ya se había pegado a mi piel cuando aún estaba en el vientre de mi madre. Y como yo intuía que en cuanto de allí saliera iba a apuntarme a las filas del racionalismo, me resistía a ver la luz, hasta el punto de que Sara, la comadrona, tuvo que hacer uso de los forceps para extraerme. Desde entonces camino por una senda flanqueada por románticos árboles a un lado y racionales farolas al otro. Me encantó lo que dices de la madera del castaño. Mi padre era un artista trabajando la madera. Y me hizo un arcón de madera de castaño que talló de forma impecable con trisqueles, hexápetalas, discos solares...un diseño armónico en la talla y una perfecta ejecución que reflejan una parte de sí mismo. Un abrazo, GPA.
Luis Simón: lo tuyo no es la vida contemplativa, está claro. Cantarín, charleta, sidrina y pinchín de picadillo...¡Cuánto mejor, jeje! Abrazos.
Probablemente tengas razón, Alipio. Pero a veces las palabras son un estorbo para la imagen. Claro que tú, agradecido como eres con lo que escribo,las habrías visto como un complemento estupendo. Gracias, Alipio. Te cambio abrazo por saludo.
Beli: me encanta verte por aquí.¿Cómo te va en tu viaje sideral a la "capi"? Gracias a ti por tus palabras y tu presencia. Abrazos.
5 comentarios:
Me encanta la madera de castaño envejecida a la intemperie de las sebes. No sólo a la vista sino también al tacto.
El lugar muy bucólico, recogido y rodeado de árboles, de película romántica (como tú).
Pero dinos algo también
Una imagen vale más que mil palabras, pero si le añadieses algunas, quedaría de fábula.
Saludos.
Romántica, plácida, humeda, cogedora... preciosa.
Gracias.
GPA...parece que me conocieras...¿o será que me conoces?...
Esto forma parte de mis contradicciones.
Verás, GPA, tal vez el romanticismo ya se había pegado a mi piel cuando aún estaba en el vientre de mi madre. Y como yo intuía que en cuanto de allí saliera iba a apuntarme a las filas del racionalismo, me resistía a ver la luz, hasta el punto de que Sara, la comadrona, tuvo que hacer uso de los forceps para extraerme. Desde entonces camino por una senda flanqueada por románticos árboles a un lado y racionales farolas al otro.
Me encantó lo que dices de la madera del castaño.
Mi padre era un artista trabajando la madera. Y me hizo un arcón de madera de castaño que talló de forma impecable con trisqueles, hexápetalas, discos solares...un diseño armónico en la talla y una perfecta ejecución que reflejan una parte de sí mismo.
Un abrazo, GPA.
Luis Simón: lo tuyo no es la vida contemplativa, está claro.
Cantarín, charleta, sidrina y pinchín de picadillo...¡Cuánto mejor, jeje!
Abrazos.
Probablemente tengas razón, Alipio. Pero a veces las palabras son un estorbo para la imagen. Claro que tú, agradecido como eres con lo que escribo,las habrías visto como un complemento estupendo.
Gracias, Alipio.
Te cambio abrazo por saludo.
Beli: me encanta verte por aquí.¿Cómo te va en tu viaje sideral a la "capi"?
Gracias a ti por tus palabras y tu presencia.
Abrazos.
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