Achico
el agua por la puerta mientras sigue entrando por la ventana…Este cerril empeño
en impedir que se inunde la estancia común en la que ya se procuraron avío
cuantos estaban conmigo en el quehacer, hace que me sienta preocupada por algo
que no parece importarle a nadie y, sin detenerme a pensar, continúo dándole
pábulo a la inercia mientras la angustia crece en la misma medida que el nivel
del agua sigue subiendo. Como Mickey Mouse en “Aprendiz de brujo”. Y el público
que contempla la escena disfrutando de la película.
Menos
mal que me tomo descanso para el bocadillo y me da tiempo a ver más allá del
triunfalismo de Sánchez cuando sigue pertinazmente, al igual que “el aprendiz
de brujo” pero sin la candidez y la ingenuidad del ratón Mickey, insistiendo en
el ejemplo que somos para el resto del mundo mundial, animando al respetable
(cada vez menos) a ponerse el tercer
pinchazo. Y si hay gente en HUCIS con pauta completa, probablemente será porque
se olvidaron de que hay que guardar
distancia y ponerse mascarilla. Y es entonces cuando a mí me da por
preguntarme que si guardo distancia –o sea, no me relaciono socialmente- y me
pongo mascarilla…¿no sobrará el tercer pinchazo cuando aún no sabemos ni los efectos
(buenos, malos o regulares) de los dos primeros ni tampoco, por lo que parece, sabemos
mucho del virus?. Y si además, por lo que parece, es el virus el que marca la pauta por mucho
que Carolina Darias y Pedro Sánchez
insistan en apabullar, ¿no sería bueno que ambos se tomasen el tiempo
que marca el convenio para el bocadillo?
Pero
no. Está claro que los intereses de quienes tienen que sostener el sistema se
centran en que no se venga abajo, lógicamente…Y para poder mantenerlo aunque
sea sujeto por los hilos de la fragilidad amenazante, no hay más remedio que no
dar tiempo a pensar a nadie. Pues punto aparcado. A por el tercer pinchazo si
no quieres ser apestada…
Y
entre bocado y bocado de pan con chorizo le pego un repaso al planisferio. El
dogmatismo del que estoy sobradamente dotada, por obra y gracia del exceso de
información que a su vez es fruto de la desinformación y la
contrainformación, se va atenuando poco a poco con mis tiempos de tele viajando
con “Viajar”, que me ayuda a parchear los prejuicios y me abre “pelín” la mente.
O al menos, la desvía de los puntos de mira que obsesivamente ocupan mi
derredor por eso de que , desde mi más
tierna infancia se me adiestró en preguntarme los “porqués” y los “paraqués” ,
en función de desarrollar actitudes que pudiesen contribuir a procurarnos lo mejor
para todos en una sociedad más libre y más justa. Y estoy llegando ya al “pa
qué, pa qué,pa qué” en el envoltorio de un TOC, ”trastorno obsesivo compulsivo”(
aclaración para cuerdos).
El
bocadillo da para mucho. Así que también me viene a la mente la futura
privatización de la NASA para poder organizar el espacio del Espacio. Me rasco
la cabeza y me digo…¡otra!. A Marx ya le busco yo un lugar en el calendario con
San Cosme y San Damián, por ejemplo… y así le salvo de la decapitación…es un
decir.
La
bota de vino que acompaña al bocadillo también contribuye. Un buen chorro para
aclarar garganta e ideas. Y concluir que , al igual que soy plenamente consciente
de que yo no tengo capacidad alguna para ejercer el control y el dominio sobre los
aconteceres que pueblan y pueblen mi
vida mientras siga conmigo, tampoco ELLOS, por mucho poder que la propia
soberbia les arrogue, tienen ni dominio ni control sobre los aconteceres que pueblen
la suya, que incluye, con demasiada frecuencia , la de los demás. Son, sois,somos
estos…los demás…quienes tenemos que liberarnos de la soberbia y codicia que nos reboza para evitar la
subordinación.
Así que vamos a por la jaculatoria del día: “No
es más feliz quien más tienen sino quien menos necesita” .
Que
la Fuerza nos acompañe.
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