“¿Aló…? Aquí el de Exteriores.
Quiero hablar con Israel
sobre los alrededores.
Soy Moratinos. Soy él.”
Con la oreja tras la puerta,
callada como una muerta
por miedo a ser descubierta,
escuché yo estas palabras.
El ojo en la cerradura,
permanezco medio tuerta
atenta al “abrakadabra.”
Estaba yo tan segura,
que pensaba ya en la cura
que la Livni recibiera
cuando al ministro le oyera…
¡Se acabó la venta de armas!
Mas cuál será mi sorpresa
cuando escucho a Miguel Angel
decirle que es un encanto.
De entrada, voy y me espanto.
¿A dónde quiere llegar
Moratinos en su empresa…?
Sigo y él sigue en el trance…
Que si al estado israelí
nada le ve baladí…
Que es un estado anhelante
que anhela con ¿buen talante?
encontrar en Medio Oriente
un sitio….y sigue adelante.
Sólo piropos se sienten.
Percibo que estoy errada.
Que de lo previsto nada.
Que esto va a ser otro asunto.
A ver si me pongo a punto
y me entero de que vamos.
Voy y agudizo el oído
y le escucho comentar:
“De España este compromiso
puede Israel esperar:
Un cambio legislativo
en materia de permisos
para investigar delitos
que permiten procesar
genocidios extranjeros.
Que nuestros jueces se pasan!”
Al fin, mientras desespero,
del triste final me entero.
Ustedes no se me abatan…
(que ya lo hago yo por todos)
¡Cuánto mejor estar sordos!
(Karen Dinesen)
Quiero hablar con Israel
sobre los alrededores.
Soy Moratinos. Soy él.”
Con la oreja tras la puerta,
callada como una muerta
por miedo a ser descubierta,
escuché yo estas palabras.
El ojo en la cerradura,
permanezco medio tuerta
atenta al “abrakadabra.”
Estaba yo tan segura,
que pensaba ya en la cura
que la Livni recibiera
cuando al ministro le oyera…
¡Se acabó la venta de armas!
Mas cuál será mi sorpresa
cuando escucho a Miguel Angel
decirle que es un encanto.
De entrada, voy y me espanto.
¿A dónde quiere llegar
Moratinos en su empresa…?
Sigo y él sigue en el trance…
Que si al estado israelí
nada le ve baladí…
Que es un estado anhelante
que anhela con ¿buen talante?
encontrar en Medio Oriente
un sitio….y sigue adelante.
Sólo piropos se sienten.
Percibo que estoy errada.
Que de lo previsto nada.
Que esto va a ser otro asunto.
A ver si me pongo a punto
y me entero de que vamos.
Voy y agudizo el oído
y le escucho comentar:
“De España este compromiso
puede Israel esperar:
Un cambio legislativo
en materia de permisos
para investigar delitos
que permiten procesar
genocidios extranjeros.
Que nuestros jueces se pasan!”
Al fin, mientras desespero,
del triste final me entero.
Ustedes no se me abatan…
(que ya lo hago yo por todos)
¡Cuánto mejor estar sordos!
(Karen Dinesen)