sábado, 10 de enero de 2009

INTERDEPENDIENTES

Hace poco yo reclamaba independencia y alguien me contestó acertadamente diciéndome que todos éramos interdependientes. Innegable. Desde Adán y Eva y hasta el momento, de momento y mientras la autosuficiencia no sea una característica que venga en el chip como el color de los ojos. Sin embargo, el hecho de que yo reclame independencia no pienso que contradiga la necesaria interdependencia que implica la supervivencia: Trueque podríamos llamar a esto. Es evidente que mi salud depende de la competencia del galeno de turno y éste vive de las deficiencias que presenta el estado de la misma. Aunque si le da por jugar al divismo y se empeña en jugármela no hay médico que resuelva. Y ¿cómo dar satisfacción a mi gusto por las ensaladas sin el subsahariano que sufre los 40 grados bajo los invernaderos en los veranos del Egido?... Y esto empieza a ser más sangrante…se desequilibra ya la balanza de la compensación en las relaciones de interdependencia. El desequilibrio en el intercambio es el que hace que unas personas sufran o disfruten (intentaré aclararlo) más o menos de la “dependencia” y/o la “independencia”. Lo intento.
La dependencia en general, en cualquier ámbito, tiene que ver, en mi opinión, con las cotas de autonomía. Aquí empieza el problema. Mi experiencia vital me dice que algunas personas aspiran a lograr la mayor autonomía posible, mientras que otras son felices dependiendo. Mi madre, a quien quiero, tiene como base de su filosofía de vida que ella no hará nada que alguien le pueda hacer. Yo, por el contrario, defiendo como premisa que no tengo que pedirle a nadie que me haga lo que pueda hacer yo misma. ¿Cómo os imagináis que pueden desarrollarse las relaciones de interdependencia entre mi madre y yo cuando, por imperiosa necesidad, tenemos que establecerlas…? Efectivamente. Pensáis con acierto. Si yo la dejo, resuelvo lo que me afecta a mí y a ella. En casos así se hace necesario establecer una tregua y marcar claramente las condiciones de la relación. Y me considero en el derecho a reclamar la independencia que me lapida su dependencia. Claro está que no se trata de abandonar a nadie a su suerte. Pero ¿a quién corresponde marcar las necesidades…? Ella las tiene todas. Se aburre y necesita de la compañía (no de cualquiera, por supuesto, que exige) aunque sea para emplear el tiempo discrepando ambas sobre cualquier cosa. ¿Quién no tiene la experiencia de conocer personas que no acuden solas al cine?...Y no porque no se atrevan a entrar en la sala en solitario. Más bien al contrario. Necesitan de compañía para comentar todo lo que ocurre en pantalla impidiéndote la concentración. Porque les encanta hablar y no pueden prescindir de la “charleta”. Y, sin embargo, a mí me gusta ir al cine solita. No rechazo la compañía de quien me prometa enmudecer mientras transcurre la película. Será estupendo poder intercambiar impresiones mientras tomamos un café a la salida.
Estas referencias sólo pretenden ejemplificar cómo la armonización de intereses, cuando no es cosa fácil, genera relaciones de interdependencia en las para que algunos puedan mantener ajustadas cotas de independencia no existe otro remedio más que librarse de los dependientes por opción. Otro día más, que si sigo a alguien se le ocurrirá crear una asociación de “acosados por los dependientes opcionales”. Y más acoso no, por favor.


3 comentarios:

Karen Dinesen dijo...

Se escribe El Ejido. A ver si estamos más atentos...eh?

belijerez dijo...

Me parecen interesantes tus argumentos.

Qué me dices de la dependencia emocional. ¿Existe? ¿Por qué se da?
¿Podría convertirse una dependencia en una adicción?

Espero no te sientas acosada con mis preguntas, si es así, disculpame no es mi intención. Soy muy curiosa. ¿me permites seguir leyendote y preguntando de vez en cuando?
Por cierto comparto tu argumento sobre dependencias. Podríamos hablar de necesidades y cómo se producen éstas.

Karen Dinesen dijo...

Beli. No me parecen impertinentes tus preguntas para nada. Más bien al contrario. Cualquier interrogante es bien admitido en esta casa. Los cuestionamientos, las dudas, las preguntas son la base para poder ir creciendo.Estaré encantada de hacer alguna reflexión al respecto de lo que planteas. A mí también me hace falta. Estoy enfangada en lo que a dependencias emocionales se refiere.