La Humanidad, toda ella en
su conjunto, está trufada de grupos humanos de toda clase y distinción. Y cada uno de estos
subconjuntos tiene su propio sello. Como los gremios en el medievo. Y cada
elemento, de los que forman estos subconjuntos, cada cual es cada cual y tiene
sus cualaquidades. Y baja las escaleras
como quiere. O como puede.
Este conjunto de
subconjuntos de elementos, que constituyen la Humanidad, viene haciendo camino desde mucho tiempo ha…Y
a ese camino le llamamos Historia…Y el camino se va configurando aunque no
sabría decir de qué forma.
No obstante, yo necesito alguna concreción
para alcanzar cierta estabilidad y opto por escoger un tablero con una
trayectoria que me sirva para alcanzar cierto equilibrio. Después de poner pies
en tierra me quedo con la trayectoria del juego de
“La oca”. Y hasta con las normas del juego…adelante, atrás, paradas más
cortas o más largas, vuelta a empezar…y así… Y avanzando “de oca en oca”, que
viene a ser lo mismo que de “punto de no retorno” a “punto de no retorno” en una huida hacia adelante.
En este recorrido miramos a
veces al frente sin ver dónde pisamos…fijamos la vista en el suelo perdiendo de
vista e lugar hacia el que vamos o nuestros ojos alternan arriba y abajo
acabando, en todo caso, extraviados, además de llevar por delante todo cuanto nos sale al paso,
en esta soberbia inconsciente y/o errada que nos caracteriza. Sin esperarlo, un
cable invisible, tirante y bien sujeto a ambos lados del camino, nos hace dar
con nuestras narices en el fango. La sorpresa, el susto, nuestra precipitación
por ponernos en pie se aúnan para impedirnos
recuperar la verticalidad. Situación que acongoja y acojona.
Es la hora de que “el pueblo
unido jamás será vencido”, pero no es
este un grito de guerra que amalgame. Mejor lo de “la unión hace la fuerza”.
Como en el ejército, sirve para arengar a la tropa aunque los comandantes saben
que ni hay unión ni fuerza. Pero a río
revuelto, ganancia de pescadores. Y adelantamos la San Silvestre de las
vacunas-exprés.
En este desenfreno alguien
canta ¡¡¡Bingo!!!. Y nadie le va a pedir el cartón a ver si está bien cubierto…no
vaya a ser que todo lo invertido y comprado, como en el cuento de la lechera,
se vaya por donde la leche si se rompe el cántaro. El anuncio de cartón completo
hace que suba la Bolsa y ya vale.
Ya está ahí la Agencia
Europea del Medicamento para ejercer el control. Y, como todo el mundo esperaba, tras un
minucioso estudio de los datos, se dio de
paso al ansiado remedio. Supongo que es lo mejor de lo que se dispone y, en
consecuencia, aceptable y válido para lo que se pretende. Y esta aprobación
condicional tiene lugar en fechas posteriores a que “El Inglés”(faltaría más…)
iniciase la vacunación a la par que, en vez del Salve a la Reina, se entonaba
el “hemos vencido al virus” . Y el virus que no sé si piensa pero igual oye y
es competitivo..¡ZAS! Surge otra cepa dominante y ya no quedan botes
salvavidas. Así que cada uno pone de su parte lo que, buena o malamente, puede…
En Bélgica cambian el Plan
de vacunación y la alternativa que se plantean no parece tener ni pies ni
cabeza. Pero ya se encargan ellos de explicarnos como se sostiene la cosa. Otros
siguen con el plan preestablecido,
obviando los impertinentes inconvenientes que asoman… ¡Qué más da! Dado el punto en el que
estamos no cabe la vuelta atrás. Las consecuencias serían más, y más peores que
las que puedan derivar del proceso iniciado. Además, estos ya son previsibles.
Esto puede que sea lo que se llama “punto sin retorno”.
Me sorprendo a mí misma. O
de mí misma. No solo no me rebelo sino que lo entiendo. Cierto que tengo que
situarme virtualmente en la estratosfera para intentar verlo desde fuera . Pero puede que la Historia camine en el marco del
ensayo-error científico-humanístico en una huida hacia adelante, sobre un arco
iris del que no se ve el final aunque a veces solo veamos un fundido en negro.
Nunca me imaginé que la oración que da título a este texto pudiera ser incorporada a mi saco de recursos lingüísticos, adoptándola de buen grado para expresar lo que pienso. Pero es lo que hay.
Que disfrutéis cada día de lo que la vida ofrece de bueno. A veces hay que mirar en los bolsillos, los bajos del pantalón o darse la vuelta para ver que hay detrás. Pero si se mira bien es posible encontrarlo.
Salud y un abrazo.
Victoria